donostia - La Ordenanza de Pisos Turísticos sigue su camino hacia su materialización. Ayer se superó una nueva etapa, la de presentación de enmiendas, que fue aprovechada por todos los grupos de la oposición pero, también, por el propio equipo de gobierno, que quiso incluir matices a una propuesta que se encuentra en la línea de salida.

El grupo municipal de EH Bildu ha presentado 15 enmiendas a la ordenanza, de las que iba a dar cuenta a los medios en comparecencia prevista para ayer, que se suspendió, según explicaron, “por la situación que se está viviendo en Catalunya”.

Por su parte el PP -que ha presentado 20 enmiendas- ha solicitado que, manteniéndose la propuesta de zona saturada para la Parte Vieja, no se haga diferenciación entre las zonas B, o de “alta demanda”, y la C, la que menor grado de control tiene.

Según este grupo, “no hay estudios que justifiquen dicha diferenciación” que, a su entender, “no hace más que generar un agravio comparativo”.

El PP también ha enmendado el artículo en el que se definen los usos de estos pisos, ya que defiende que se mantengan como viviendas de uso residencial y no como actividad económica. Pese a esto aboga por que exista “una comunicación previa entre Ayuntamiento y vecinos” para un mayor control.

En otro orden de cosas ve necesario que el Consistorio disponga de “un censo de magnitud real” de estas viviendas y que se trabaje sobre ratios de plazas de uso turístico por número de residentes, en vez de otros criterios, proponiendo que dicho ratio sea de “ocho plazas de alojamiento por 100 residentes”.

Irabazi Por su parte el grupo de Irabazi defiende 24 enmiendas a esta propuesta, partiendo de la base de que “las viviendas son para vivir”, por lo que no apoya que se contemplen cambios en el Plan General en lo se refiere a la limitación de actividades terciarias a la primera planta y propone que la denominación de zona saturada llegue a “todos los barrios que el Gobierno ha calificado como zona B”, caso de Centro, Gros, El Antiguo y Amara hasta Pío XII. En el resto de la ciudad la limitación de la primera planta también se mantendría. Además, pide que los efectos de la ordenanza “se evalúen en cuatro años”.

Pero también el Gobierno local ha enmendado su propia ordenanza, aunque en este caso los cambios que se proponen son de menor calado y gran parte se centra en afinar la exposición del articulado para que resulte más claro.

Las modificaciones que se plantean pasan por intentar no dejar margen a la duda respecto a la posibilidad de incorporar más de una vivienda de uso turístico por planta en bloques que superen los siete pisos, algo que quieren que quede claro que no será posible ni en la zona B ni en la C.

Además, se fija que el alquiler de habitaciones sueltas no superará, en su totalidad, los 125 metros “ni en una vivienda ni en el conjunto del edificio”. - A. Lopetegi