donostia - En los diez años que lleva Nuria Vegas al frente de Garbera, siempre ha habido intentos para ampliar la superficie comercial, aunque una resolución contraria del Gobierno Vasco paró los planes en 2009. Esta lasartearra estudió Derecho en la UPV, pero su labor profesional ha girado en torno a los centros comerciales.

¿Siempre ha trabajado en el sector comercial?

-Llevo diez años en Garbera pero en el sector muchos más. Empecé en el año 2000 en Urbil, luego fui a hacer la apertura de La Morea en Pamplona. Más tarde estuve en otro centro comercial en Madrid, después fui a Artea en Bilbao y estando allí me llamaron para Garbera. Me gusta abrir un centro nuevo. Los primeros años son duros porque son muy intensos pero es satisfactorio.

¿Garbera tiene su hueco consolidado o está en peligro por la competencia?

-Hicimos una reforma de las zonas comunes hace tres años y un cambio de imagen de los locales. Todos los espacios se tienen que adaptar a los nuevos tiempos. Logramos una estética más agradable gracias a materiales más nobles como la madera y más luz natural. Renovamos todos los aseos y se creó el parking cubierto, que es muy necesario en una ciudad como la nuestra. Hemos evolucionado pero creemos que la ampliación prevista ahora es una oportunidad para competir en el sector y sus nuevas aperturas. Hace muy poquito el grupo Inditex ha abierto en el BAB2, junto a Baiona, y queremos ofrecer al guipuzcoano y al que viene de puntos como Navarra y Francia conceptos diferentes que no teníamos en la ciudad.

¿Qué conceptos nuevos quieren ofrecer al cliente?

-Yo no tengo marcas concretas que quiera traer, aunque me encantan algunas. Ahora estamos trabajando más en la parte administrativa y de permisos con el Ayuntamiento y en el concepto del espacio. Queremos que sea muy cómodo y tenga elementos que el cliente de aquí puede demandar y le vayan a gustar. El año que viene ya miraremos qué marcas pueden venir a este mercado.

¿Cuándo prevéN empezar la obra de ampliación?

-Creemos que después del verano que viene. La inauguración será en otoño de 2020. Se hará por fases y trabajaremos con cuidado para que todo esté indicado y señalizado y el cliente sufra las menores incomodidades posibles. Pero es una obra que tiene volumen porque supone una inversión de 115 millones. Calculamos que se incorporarán otros 65 comercios y 500 empleos directos más.

¿Hay alguna novedad que quieren implantar en el futuro Garbera?

-Nos gustaría tener una oferta más amplia de restauración y que tuviera un carácter totalmente local. Que la gastronomía que se diseñe tenga carácter propio, esa marca y ese sello de aquí. Para eso estamos hablando con la asociación de hostelería de Gipuzkoa y estudiando distintos conceptos.

¿Va a haber algún edificio específico para restauración en el centro comercial?

-No. Todo va en una única planta y vamos a destinar un espacio concentrado para la gastronomía, aunque siempre puede haber un café, un kiosco... en otros lugares entre tiendas. Queremos generar un espacio con gastronomía local, pero con distintos conceptos. Desde sushi hasta comida italiana, un conjunto gastronómico que no esté disperso.

En un principio se pensó hacer un edificio para parking y recientemente se ha vuelto a la fórmula clásica de parking subterráneo. ¿Por qué ese cambio?

-Garbera está en una zona muy rocosa y al principio no pensábamos que se podría hacer el subterráneo, que es lo que más gusta a todos los clientes, además de tener menor impacto estético. Luego hicimos catas y se vio que no había problemas en la zona donde estaba previsto el parking, sino en donde está consolidado el edifico. Por eso, finalmente, se construirán dos plantas de parking subterráneo. Es mejor y, aunque implica más inversión, es más beneficioso para el proyecto y la clientela.

Los franceses son un 10% de los clientes de Garbera y ¿el resto?

-De los cinco millones de clientes un 10% son franceses y un 50% de San Sebastián. El resto vienen del resto de la provincia, preferentemente de cerca, de Errenteria, Lasarte-Oria, Andoain...

¿A dónde se dirige el cliente de Garbera, al supermercado o a las tiendas?

-Nos encontramos con clientes distintos. Antes lo normal era ir a la compra y a otras tiendas. Ahora selecciona más. Un día se va a la compra y otro día a las tiendas de moda. Se puede venir en exclusiva a por un artículo de deporte o electrónico y solo a eso. De todos modos, desde que hemos reformado los locales, la moda es uno de los principales motivos para venir a Garbera. Los clientes tienen a Garbera como un centro de referencia de moda.

¿Las líneas de autobús ayudan a que los ciudadanos acudan al centro comercial?

-La mayoría vienen en coche pero estamos trabajando en temas de sostenibilidad. En los últimos ocho años hemos conseguido reducir los consumos de energía en un 33%. También hemos empezado a sacar este año la basura orgánica pura y dura. La concienciación a los menores sobre el cuidado del planeta es importante. Con el transporte público tenemos cuatro líneas, tres de la ciudad y una de Errenteria y Hospitales. Por ello trabajamos para aumentar líneas y también frecuencias para que más gente pueda venir en bus. Estamos en contacto con el Ayuntamiento y con la Diputación porque, además, hay algunos empleados que quieren venir en autobús y ahora no pueden por los horarios. Y de cara al proyecto de ampliación, es importante que todas las personas puedan acercarse en transporte público.

¿Tienen miedo a que la Federación Mercantil logre frenar la ampliación en los tribunales, a pesar de que no ha conseguido paralizar el proyecto de modo cautelar?

-No me consta que hayan presentado algún nuevo recurso. De todos modos, su posición siempre ha sido la misma. En el año 2008 también mantuvieron su posición. No nos da miedo que nos paren el proyecto. Cumplimos con la legislación, cumplimos con todos los requisitos administrativos y estamos tranquilos.

¿Y temen que haya competencia con el nuevo proyecto comercial que se prevé en Illunbe?

-No, porque creemos que Garbera está consolidado. Tiene veinte años, ha evolucionado con el mercado, tiene un cliente muy fidelizado y está integrado en la vida de los donostiarras y del entorno. El proyecto de ampliación va a ser un elemento competitivo pero, además, lo será también para la ciudad. Al final, vamos a potenciar ese turismo de compras del que tanto se habla. Que vengan de más allá a buscar un comercio como el que se puede encontrar en ciudades como Bilbao o Pamplona. Somos un centro de referencia, un centro líder, y queremos mejorar para ser más competitivos con otras ciudades y provincias limítrofes.

¿Cuánta clientela piensan atraer con la ampliación?

-Ahora tenemos cinco millones de clientes al año, pero no sé calcular cuántos podrá haber tras la ampliación.

¿Qué le falta a Garbera?

-Actualmente tiene muchas características positivas, como la facilidad para llegar por carretera, la facilidad de aparcar, no como en otras zonas de la ciudad, la comodidad de estar en una única planta? Pero lo que demanda la gente es gastronomía. Yo personalmente también lo echo de menos. Que haya un sitio con un espacio con unos cuantos locales que me permitan elegir y disfrutar de ratos de ocio en la mesa, no solo de comprar en tiendas. Que pueda ir, por ejemplo, con mis amigas a comer y pasar un buen rato.

¿En qué ha cambiado el centro comercial en estos veinte años?

-Fue el primer centro comercial de Gipuzkoa con este concepto de hipermercado, tiendas, zona de restauración y cines. Existían otros pero más pequeños: eran supermercados con galería comercial. Garbera ha evolucionado en la integración en su entorno. Cuando se construyó estaba entre dos parques naturales pero no estaba integrado en el entorno ni por fuera ni por dentro. El proyecto de reforma que hicimos hace tres años lo integró en su entorno de acuerdo con la preocupación que tenemos ahora por el medio ambiente. Se incorporó la posibilidad de cargar el vehículo eléctrico y se aplicaron otros aspectos sostenibles que el cliente valora. Ahora, por ejemplo, también colaboramos con el Clúster de la Moda con el objetivo de dar credibilidad a algunos diseñadores locales. El que no tiene recursos para montar un negocio tiene posibilidad de estar en Garbera. Hemos hecho una primera experiencia piloto en primavera y la vamos a repetir en octubre. Supone apoyar a gente que no tiene visibilidad. También nos hemos involucrado muchísimo en asuntos como la campaña Markel Txapeldun, y se consiguió recaudar 25.000 euros para Aspanogi. Cuando nació Garbera no existía esa implicación.

La moda local, los objetos hechos a mano, la artesanía de calidad... no suelen tener mucho espacio en los centros comerciales.

-Precisamente hemos tenido una chica que hace joyería al gusto del cliente, adaptando pendientes y collares a demanda, con un diseño inspirado en los montes de aquí y ha tenido muchísimo éxito. Al guipuzcoano le gusta este trabajo de calidad, hecho con materiales buenos y un diseño muy cuidado. En octubre vamos a poner moda infantil y joyería artesanal de calidad.

¿El comercio tradicional tiene hueco en Garbera? ¿Se puede duplicar una tienda tradicional del Centro, por ejemplo, en el centro comercial?

-Creo que sí. Por ejemplo, con el comercio sostenible. Hay una tendencia que tiene cabida en Garbera como, por ejemplo, los tejidos de algodón, los materiales reciclados para la ropa... Las marcas infantiles están trabajando muchos los materiales orgánicos porque hay muchas pieles atópicas ahora entre los niños. Es algo que aprecian mucho los padres y que tiene su espacio en los centros comerciales.

¿Los parques infantiles son también un banderín de enganche para los clientes?

-Tenemos un público infantil y ofrecemos servicios para él. Hace un par de meses hemos colocado un espacio multidisciplinar, que tiene hasta pantallas táctiles y otras que se pueden usar con los pies. Que los críos se puedan entretener mientras los padres dan vueltas o hacen sus compras es necesario. Antes había espacios más tradicionales y ahora más digitales. Pero tenemos también otros servicios. Por ejemplo, si hace falta una silla de ruedas la tenemos, si necesitas una sillita para el niño, porque se te ha olvidado, también la tenemos. También kits de pañales y otros detalles. Y la gente los conoce. Por ejemplo, uno de los servicios más usados ahora en Garbera es la sala de lactancia, que creamos tras la reforma de los baños. Tiene espacio para cambiar a los bebés, con crema de manos, crema para el culito y espacio para dar el pecho o biberón. La farmacia, que atiende las 24 horas del día y todos los días del año, también es muy usada. Luego otras farmacias del centro han hecho lo mismo. Es un comercio en el que atienden unas diez personas y que la gente agradece.

¿Cómo es el cliente tipo de Garbera?

-En general, a los centros comerciales suelen acudir más mujeres que hombres pero aquí hay equilibrio. La media de edad es de 38 años y proceden principalmente de Donostia y Donostialdea. Por otra parte, trabajamos casi mil personas, más del 70% somos mujeres, aunque se ha ido incorporando el hombre, que antes era solo el 10%. Más del 55% vivimos en San Sebastián, sobre todo en los barrios de Altza e Intxaurrondo. El otro día hicimos un evento para ellos y tenemos un vídeo en el que muchos cuentan su experiencia personal. Yo, por ejemplo, desde que empecé aquí he tenido tres hijas. Mi vida ha cambiado con Garbera. La gente cuenta en el vídeo cómo ha cambiado su vida personal trabajando aquí.