donostia - La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Donostia dará el visto bueno el próximo martes a la decisión de dejar sin efecto la reciente aprobación del proyecto de reconstrucción de la cúpula del Bellas Artes, una actuación que fue anunciada el pasado 20 de abril por parte del concejal de Urbanismo, Enrique Ramos, que señaló la intención municipal de cobrar posteriormente el coste de la obra (213.400 euros sin IVA) a la empresa Sade, propietaria del edificio.
Sin embargo, una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha dado la razón a la sociedad propietaria y ha ratificado que el edificio está en “ruina fáctica”, por lo que solo correspondería a la empresa abonar los costes relacionados con la seguridad y no los vinculados con el aspecto y mantenimiento del edificio.
El proyecto para la cúpula, cuya aprobación será anulada, es el segundo encargado por el Consistorio para reponer este elemento de la cubierta, tal y como obligaba su calificación como Bien Cultural, decretada por el Gobierno Vasco. La actuación prescindía de los cuatro leones que adornaban la cúpula original con el fin de contener el gasto. Sin embargo, por el momento, este proyecto queda en suspenso. El primer concurso, por otra parte, había quedado desierto.
Aunque la sentencia de TSJPV ha puesto en entredicho los planes municipales para obligar a la Sade a abonar la reposición de la cúpula, no son estos los argumentos que justificarán que la reciente aprobación de la propuesta quede sin efecto.
Según el dictamen al que dará luz verde el Gobierno local, el Consistorio cometió un error al avalar el proyecto ya que creía que la empresa no había formulado alegaciones en el plazo establecido para ello y, sin embargo, sí que lo había hecho con fecha del 28 de abril. “La mención a la no formulación de alegaciones era errónea, dado que con posterioridad se ha comprobado la presentación de estas”, señala el dictamen que analizará la Junta de Gobierno. El documento añade que, en consecuencia, “procede dejar sin efecto” la aprobación del proyecto para reponer la cúpula dado la decisión “no se puede adoptar hasta tanto se resuelvan las alegaciones presentadas”.
El edificio que lleva más de 30 años sin uso se abrió al público en 1914 y sirvió como espacio cultural y cine hasta la década de los años 80, cuando cerró sus puertas de modo definitivo. Tras muchas vicisitudes y desencuentros entre la empresa propietaria y el Ayuntamiento, en 2014 el Consistorio aprobó una catalogación para el inmueble que permitía el derribo del edificio para reconstruir una copia destinada a hotel. Posteriormente,? el Gobierno Vasco inició su catalogación como monumento, lo que impedía su derribo como reclamaban varios colectivos ciudadanos. - C.A.