Las fuentes no solo sirven para beber agua. En Donostia hay cerca de una treintena de conjuntos escultóricos o surtidores artísticos de los que mana el agua y cuyo único fin es estético. Dar frescor al entorno y poder escuchar el discurrir del agua son pequeños placeres de los que se puede disfrutar cerca de una de estas fuentes.

La junta de gobierno del Ayuntamiento tiene previsto aprobar hoy el pliego de condiciones para contratar una empresa que se ocupe del servicio de mantenimiento de estas fontanas y surtidores, algunos de los cuales no siempre tienen agua a causa de distintas averías.

El contrato previsto supondrá un coste anual de cerca de 115.000 euros e incluirá también la conservación y la revisión periódica de los mecanismos que permiten el funcionamiento de las fuentes ornamentales.

Los conjuntos más antiguos de Donostia están situados en los jardines clásicos de la ciudad y se reparten entre Alderdi Eder, los estanques de la calle Igentea, Santa Catalina, plaza de Gipuzkoa, plaza de Cervantes, Reina Regente, Ondarreta, Alfonso XIII, Cristina Enea, jardines del Palacio de Aiete, plaza de Cervantes y Xabier Zubiri, junto al hotel Londres.

Otras creaciones más modernas son las de la plaza de Zaragoza, la plaza de Ferrerías, Pío XII o la plaza central de Bidebieta. Los surtidores ornamentales más modernos corresponden a los barrios de nueva creación y se sitúan, muchas veces en estanques, en las plazas de Zubimusu, de Irun, de Sert, de Bernat Etxepare, de Marugame, de Giuseppe Verdi y de Teresa de Calcuta.

para beber El Ayuntamiento de Donostia contaba hasta el año 2014 con otro contrato similar, esta vez para las fuentes destinadas al consumo de agua en la vía pública. El contrato tenía un coste de 84.000 euros, pero, una vez finalizado, no volvió a salir a concurso. Desde entonces, el control, revisión y mantenimiento de los denominados bebederos pasó a depender directamente de los operarios municipales, en concreto, de la brigada de linterneros.