Donostia - El próximo lunes, la calle 31 de Agosto volverá a celebrar el tradicional encendido de velas, que recordará la tragedia vivida en la ciudad en 1813, cuando fue incendiada y arrasada por tropas inglesas y portuguesas. Más de 3.000 lamparillas de cera, con la luz de la calle apagada, brillarán en los balcones de la calle en recuerdo de aquel luctuoso suceso, tras el que resurgió posteriormente la ciudad.
Este año, la sociedad Kañoyetan ha tomado el relevo de la organización de este acto, que fue impulsado hace unos 45 años por la vecina de la calle Amaia Bontigui, fallecida recientemente. Los representantes de esta tradicional sociedad anunciaron que tributarán un recuerdo especial para Bontigui, en el transcurso del desfile conmemorativo que recorrerá la calle y que este año sumará cerca de 600 soldados. Además de los de la asociación Urgull Histórico, el acto contará con la presencia de integrantes de otras asociaciones que recrean batallas pasadas, procedentes de Andoain, Tolosa, Lasarte e Irun.
Como es habitual, la conmemoración del 31 de Agosto, comenzará un día antes. Así, mañana se recuperará la vieja iniciativa de ofrecer sidra en la fuente de Kañoyetan. Los niños tendrán por la tarde juegos infantiles y, a partir de las 18.30 horas, la iglesia de Santa María proyectará el documental San Sebastián antes del incendio. Después, una chocolatada pondrá fin a la jornada de diversión.
El lunes, 202 aniversario de la quema, se distinguirá por su carácter conmemorativo. Este año, los organizadores homenajearán al coro Easo y Eskola que cumplen 75 años a las 19.00 horas, en la Puerta de Tierra. Una hora antes, saldrá el desfile de soldados desde la plaza de Zuloaga. Como es habitual, se recreará el asalto a la ciudad por un agujero en la muralla -de ahí el nombre de Bretxa- y al Castillo. Finalmente, a las 21.30 horas, se apagarán las luces de la calle 31 de Agosto y se desarrollará el paseo ceremonial con antorchas desde el atrio de San Vicente al de Santa María, en medio del silencio. La música fúnebre pondrá el punto final a la celebración.