Sagüés acoge esta noche, a partir de las 23.45 horas, el concierto que podría reunir a la mayor cantidad de espectadores de la Aste Nagusia. Huelga decir que el trío de Lekunberri es una de las bandas con mayor tirón de Euskal Herria, algo que quedó demostrado a comienzos del pasado enero, cuando agotaron las entradas durante cuatro noches consecutivas de bolos en Intxaurrondo; una proeza que difícilmente podría igualar cualquier otro grupo de la escena euskaldun.
La explanada de Gros, por tanto, será hoy escenario de una actuación gratuita y multitudinaria en la que Gorka Urbizu (guitarra y voz), David González (bajo) y Galder Izagirre (batería) celebrarán 20 años de trayectoria musical jalonada por ocho álbumes de estudio. El último, Denbora da poligrafo bakarra (2014), fue distinguido como Mejor disco en euskera en los Premios de la Música Independiente. Se trata de un álbum triple que ha sido producido por tres personas diferentes: Sutxakurrak fue grabado en California por Ross Robinson, productor de bandas como Slipknot o Sepultura, con quien ya grabaron Haria (2011); Helduleku guztiak lleva la firma de Ricky Falkner (Stanstill, Lori Meyers, Love of Lesbian...) y Xake-mate kultural bat fue registrado en Colorado por Bill Stevenson, batería de Black Fag y Descendents, y productor de NoFX y Rise Against.
En una entrevista publicada por este diario hace unos meses, Urbizu desveló que “la premisa fue 20 años, 20 canciones nuevas”, pero lejos de acomodarse en un estilo concreto, en cada uno de los tres discos decidieron mostrar “tres formas de entender el rock” incluso con “puntos de vista musicales casi antagónicos”. Tanto es así que en los distintos cortes de Denbora de poligrafo bakarra se pueden encontrar canciones de palos tan diversos como el metal, el stoner, el punk rock o incluso un insólito pop bailable de regusto indie. Esta noche interpretarán gran cantidad de temas nuevos pero, si siguen el guión de Intxaurrondo, también sonarán éxitos como Ikasten, Libre, Jaio.Musika.Hil, Oreka o Betiko leloaren leloa, y quizá también la maravillosa versión del Lilurarik ez de Mikel Laboa.
Los Berri tampoco parecen tener rival en su condición de grupo intergeneracional -en sus conciertos conviven chavales que aún no son veinteañeros con cuarentones que les siguen desde 1994- y también destacan por su afán viajero: la gira de casi 60 conciertos que comenzó en Donostia el 9 de enero ha pasado por varias ciudades de España, Alemania, Estados Unidos e incluso México.
Al echar la vista atrás, Gorka Urbizu, único miembro original del grupo, recuerda que no se fijó ningún objetivo cuando puso en marcha Berri Txarrak: “Creo que hemos disfrutado del paisaje. Ha sido una historia muy bonita que se ha convertido en más que un grupo; veo un poco la comunidad que se ha generado en torno a Berri Txarrak, la gente que lo escucha y lo siente tanto que casi creo que es como un sentimiento. O al menos eso es lo que pienso cuando escucho a la gente, cuando te comentan las canciones; y ese es el mayor piropo que te pueden echar”.