donostia - Una empresa especializada en estudios geofísicos de Madrid estudió en marzo los estratos de la playa de Ondarreta a petición del Consistorio donostiarra, con el objetivo de conocer el interior del arenal y hacer frente al problema de las piedras que, año tras año, afloran en la zona cercana al Tenis. Sin embargo, la interpretación de los resultados de este estudio, que confirma que hay una capa importante de roca alterada y grava bajo una capa fina de arena, vuelve a enfrentar a Azti y a Aranzadi, con dos propuestas de actuación diferentes para abordar el problema.
Durante los últimos años Azti ha asesorado al Consistorio en esta materia y han decidido apostar por medidas menos agresivas, como reforzar los movimientos naturales de la arena al principio del verano (moviendo material de la zona del Pico del Loro o Loretope hacia el Tenis) para retrasar la aparición de las molestas piedras. Azti argumenta que el volumen de piedras es demasiado grande y que si se eliminaran, afectaría al conjunto de la bahía, que forma un sistema cerrado que funciona bien. Con el objetivo de conocer mejor la situación llevan dos años monitorizando la playa con cámaras desde Igeldo. Y tras conocer el estudio de los estratos de la empresa OCSA, consideran que la antigua regata de Añorga, que desembocaba en esta zona de la playa, pudo haberlas arrastrado y ser el origen de las piedras. Por su gran volumen y porque llegan a estar hasta a quince metros de profundidad, según el estudio, insisten en que no sería aconsejable retirarlas y siguen apostando por reforzar los movimientos naturales de arena.
Sin embargo, las conclusiones que saca Aranzadi del estudio son diferentes. Mantienen su versión de que la gran mayoría de esas piedras son en realidad escombros procedentes del antiguo campo de maniobras que se ubicó en la playa y que deberían retirarse para recuperar el equilibrio natural de la playa. El biólogo de Aranzadi Jon Etxezarreta duda que una pequeña regata como la de Añorga pueda haber transportado todo ese material, aunque sí coincide en que una capa inferior de lodos procede de la regata.
Ya en 2013 aconsejaron al Consistorio empezar a retirar todas las piedras que afloraran al considerar que no son elementos propios de la playa, sino ajenos, aunque el Gobierno municipal decidió seguir el criterio de Azti. Con el cambio en el Consistorio, Aranzadi ha vuelto a ofrecer su punto de vista y su propuesta de solución.
De momento, este inicio de verano y tras los movimientos de arena de mayo, las piedras apenas están aflorando y no suponen un problema. Si más adelante lo hacen, el Gobierno municipal afirma que estudiará distintas opciones, aunque descarta una retirada masiva en plena temporada.