Donostia - La empresa Ocine, responsable de las nueve salas cinematográficas del edificio de la Pescadería de La Bretxa, retiró ayer el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción, por lo que renuncia a cerrar el establecimiento, tal y como había anunciado a los quince trabajadores a principios de septiembre.

La firma con sede en Girona ha cambiado de postura después de que el alcalde, Juan Karlos Izagirre, asegurase la pasada semana que el Ayuntamiento ocuparía el edificio de la Pescadería con un nuevo ambulatorio para la Parte Vieja y el centro de la ciudad, así como con la Oficina de Turismo y otras instalaciones públicas no lucrativas. Sin embargo, el Consistorio aún no ha acordado con la empresa concesionaria del complejo comercial el rescate de parte de la concesión municipal, por lo que los negocios allí instalados tienen aún derechos.

Como se recordará, la empresa Ocine tenía intención de cerrar las nueve salas del complejo y argumentó su intención en el elevado precio del alquiler que debe pagar a la concesionaria (30.000 euros al mes) y en la decadencia del complejo, en el que actualmente solo hay cuatro locales de hostelería: un kebab en el segundo piso y tres bares en la planta baja.

Los trabajadores de estos establecimientos también temen por sus empleos ya que una recuperación del edificio por parte del Ayuntamiento para aplicar su plan obligaría a cerrar los bares. Hay quien sostiene que la decadencia del centro comercial obedece a una estrategia conjunta de la empresa de fondos holandeses y el Consistorio para expulsar a los pocos locales que siguen funcionando en él.

La retirada del ERE de Ocine que se materializó en la mañana de ayer provocó la satisfacción entre los trabajadores de las salas, que difundieron un comunicado.

10.000 firmas “Somos conscientes de qué significa esto pero, a su vez, sabemos que tal y como ha ocurrido todo, los acontecimientos pueden volver a cambiar en cualquier momento, por lo que estaremos atentos a todos los movimientos que puedan vislumbrarse”, advirtieron los empleados, que han logrado reunir 10.000 firmas en contra del cierre de las salas desde que se conoció que el ERE se había presentado el pasado 16 de septiembre.

“Han sido dos semanas muy intensas y realmente agitadas, pero creemos que cuando un trabajador está expuesto a la pérdida de su puesto de trabajo en unas condiciones tan injustas como las que eran estas, debe poner todos los mecanismos de defensa que tiene a su disposición para, por lo menos, poder evitarlo”, añaden.

Los trabajadores de Ocine, que asistieron al último Pleno del Ayuntamiento para hacer oír su voz ante los corporativos, agradecen a los ciudadanos que han plasmado sus firmas y advierten que seguirán peleando por mantener sus puestos de trabajo.