Donostia - “Lo más bonito es esto”. No llevaba ni cinco minutos en Donostia y, sin embargo, así de claro lo tenía ayer una de las turistas que viajaba en el barco Sea Dream I, poco después de atracar en el muelle donostiarra y ponerse a contemplar la bahía. Otra compañera de grupo aseguraba con ilusión: “¡Cuando nos dijeron que íbamos a poder parar en San Sebastián no me lo podía creer!”.
Ambas mujeres formaban parte de uno de los últimos grupos que descendió ayer del pequeño crucero de bandera holandesa que viaja desde el pasado sábado entre Dover y Lisboa, parando en distintos puntos de la costa atlántica francesa y el Cantábrico. Hasta el momento, el barco ha pasado por otros puertos coquetos como Saint Malo o La Rochelle.
El entusiasta grupo que se mostraba ayer feliz por su llegada a Donostia formaba parte del 40% de viajeros de la nave de nacionalidad norteamericana. En concreto, la cuadrilla estaba formaba por varios texanos -los caballeros, con su característico sombrero-, por residentes en Carolina del Norte y del Sur y en Hawai.
El 30% de los viajeros del Sea Dream I es noruego, país de construcción del buque y de su bandera, y otro 10%, del Reino Unido, entre otros países. - C.A.