Retratos de una prisión
La casa de cultura de aiete acoge una exposición sobre la cárcel que existió en la playa de ondarreta
sus cimientos asoman aún en la arena, en unas pocas ocasiones durante el año. Desde 1890 hasta 1948 la cárcel de Ondarreta acogió a miles de personas, que durante determinados periodos vivieron hacinadas entre sus muros de piedra.
La sociedad de ciencias Aranzadi, a petición del Ayuntamiento de Donostia y con la colaboración de la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha organizado una muestra en el casa de cultura de Aiete sobre la historia de la prisión de Ondarreta. La exposición cuenta con una gran cantidad de material fotográfico y epistolar de la época.
El alcalde, Juan Karlos Izagirre, en la presentación que tuvo lugar ayer, fue el encargado de detallar qué encontrarán los visitantes en la exposición: 39 fotos de gran tamaño que muestran la evolución de la cárcel, así como diversas estampas de la Guerra Civil, además de otras imágenes "tamaño carné" de presos que estuvieron encerrados; un mural de gran tamaño que acoge en torno a 8.000 nombres de reclusos que pasaron por Ondarreta; más de 50 objetos propiedad de antiguos reos, en muchos casos cedidos por sus descendientes; y piedras que pertenecieron a la estructura de la cárcel. Según adelantó el primer edil, estas se trasladarán a la zona donde se encontraba la prisión, a modo de homenaje.
También se ha publicado un libro titulado Ondarreta: La cárcel del salitre, escrito por Iñaki Egaña, y se ha editado un documental que puede verse en la exposición.
II república y guerra civil
Fusilamientos
La prisión de Ondarreta se inauguró 1890 y tenía como objeto ser una cárcel provincial. Durante sus primeros años los presos políticos eran los menos y ocupaban únicamente la tercera planta del presidio, según explicó el propio Egaña.
No obstante, hacia 1931, en la Segunda República, la cárcel se llenó de presos políticos y ya en 1936, tras el estallido de la guerra, miles de personas convivieron hacinadas entre los muros de piedra. Egaña explicó también que tras el alzamiento, en julio de 1936, un grupo de milicianos republicanos asaltaron la cárcel y fusilaron a 52 personas que consideraron afines al movimiento franquista. Posteriormente, las tornas se giraron y entre octubre de 1936 y principios de 1937 se produjeron fusilamientos masivos. En total, casi 600 personas fueron ajusticiadas de esta manera.
Para Egaña, la exposición busca trasmitir a las nuevas generaciones una "historia guardada", una historia desconocida de la ciudad.
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