Art Spiegelman dibujó los horrores del holocausto judío en la II Guerra Mundial en su cómic Maus; Joe Sacco hizo lo propio con Gorazde: Zona Protegida y Notas al pie de Gaza, entre otras novelas gráficas; el francés Jacques Tardi dibujó el sufrimiento de la comuna de París en su trabajo El Grito del Pueblo. Pero no hay que irse lejos para encontrar autores que relaten con imágenes el sufrimiento que ha padecido la población civil en épocas bélicas o revolucionarias.
Es el caso del donostiarra Josean Olabe que en su primera novela gráfica -él es acuarelista de paisajes- La gloria impune. San Sebastián 1813 ha mostrado mediante viñetas el sufrimiento de Donostia durante el asedio y la quema de la ciudad por parte de las tropas angloportuguesas. Olabe recibe a NOTICIAS DE GIPUZKOA para hablar de su novela gráfica, que fue presentada el viernes en la cripta de la biblioteca de la Parte Vieja.
El cómic relata lo acontecido en la ciudad desde finales de 1812 hasta llegar a 1815. Entre medias se condensan los momentos más duros que vivió la sociedad civil durante los meses de asedio de 1813, hasta la destrucción de la plaza. La historia alterna las vivencias de un par de familias donostiarras con la narración epistolar de un soldado francés desde una perspectiva en primera persona. Por supuesto, también se intercalan pasajes de las distintas tropas y sus dirigentes.
Olabe pone el enfoque sobre la "gente de la calle". "Aquí habría gente que tenía sus estudios, sus ideas ilustradas. La gente de la calle, los obreros, los sirvientes y los chavales... Muchos de ellos no sabían ni leer", expone y añade que "una de las excusas que se usó para el asalto es que Donostia era una ciudad afrancesada".
Al término de la historia, la obra cuenta con material adicional que permite la "relectura" de la novela gráfica en otra clave. En vez de condensar toda la información que ha recopilado en las viñetas, Olabe establece una especie de guía de lectura que amplía la información.
La novela gráfica es un trabajo autoeditado por el propio Olabe del cual se ha realizado una primera tirada de 2.000 ejemplares, disponibles en varias librerías de la ciudad. Los puntos de venta pueden consultarse en la página web lagloriaimpune.blogspot.com.es.
carácter antibelicista
"Zarpazo a la conciencia"
Toda la obra transmite un carácter antimilitarista, que el autor ha querido enfatizar. Sin ir más lejos, ante la pregunta de qué autores de cómic ha tenido como "referentes", a Olabe le viene a la cabeza el francés Jean Pierre Gibrat. De él le gusta que toca temas de "carácter antibelicista".
De hecho el propio trabajo de Olabe es una crítica a la guerra, que se asienta en uno de los personajes principales, el arrepentido militar francés. "En vista de tanto atropello, me pregunto: ¿No piensan en el mañana? Pues el peor enemigo de la pólvora es el zarpazo de la conciencia", reflexiona el citado personaje, al comprobar la barbarie provocada por los libertadores.
las fuentes
"Riguroso en lo posible"
Olabe reconoce que llevaba años con este proyecto en la cabeza y quiere dejar claro que no lo publica por la cercanía del bicentenario de la destrucción de la ciudad. "Si lo hubiese podido publicar hace cinco años, lo habría hecho", asegura.
Las 76 páginas que componen su obra han sido fruto de tres largos años de trabajo. Olabe se ha documentado de manera extensa para poder elaborar esta historia. Por un lado, ha consultado 1813: San Sebastián incendiada. Británicos y portugueses, de Luis Murugarren, una obra que considera muy importante porque recoge "el relato de las víctimas". Olabe destaca que su cómic ha pretendido profundizar y resaltar el papel de las víctimas, del pueblo donostiarra.
También ha consultado La vida cotidiana en San Sebastián después de la destrucción de la ciudad 1813-1816, de Luis Muñoz Echabeguren; ¿Quién destruyó San Sebastián?, de Juan Bautista Olaechea; y San Sebastián. Historia de sus fortificaciones siglos XVI y XVII. El sitio de 1813, de Olavide, Albarellos y Vigón, entre otras.
El dibujante y guionista ha querido darle a su trabajo "una base que tenga contenido real". Reconoce que es "un poco perfeccionista en el dibujo" y "meticuloso en la historia". "Quería ser riguroso en lo posible. Muchas partes, aun así, son interpretativas. Unos la interpretan de una manera y otros de otra. Yo he intentado que haya un fundamento sólido detrás", indica.
También ha consultado material gráfico y ha querido representar Donostia tal y como era. Por ejemplo, la iglesia de San Vicente, que ahora cuenta con dos torres, la ha dibujado solo con una. Y es que en 1813 solo tenía una. "He procurado que sea fiel", destaca.
Además, para dar verosimilitud a la historia, Olabe ha intentado recrear las acciones violentas. Aunque no se enseña explícitamente, hay escenas que dejan intuir la barbarie de las violaciones a las mujeres de la ciudad, hecho que el propio autor reconoce que puede incomodar a algún lector. "Cuando me planteé hacer esto, quería hacer esta denuncia. Sería traicionar a la historia la omisión de estos detalles", sentencia.
"Es la guerra. No, no es la guerra, es la impunidad de las patrias". Afirma uno de los personajes intentando dilucidar quién es el culpable de todo el sufrimiento provocado por los actos violentos, entre ellos, el de Donostia en 1813.