EL Aquarium de Donostia expone desde ayer la actividad sexual de dos ejemplares de sepia, unos animales que se reproducen una única vez en la vida y, tras conseguirlo, las hembras mueren de agotamiento, según explica el museo oceanográfico. Para asegurarse la descendencia, las hembras sepia tienen relaciones con diversos machos y esta actividad hace que mueran de agotamiento, una vez que han logrado reproducirse.

Durante varias semanas, el público que acuda al museo del mar de Donostia podrá contemplar a estos animales, que son sexualmente muy activos y sufren muchos cambios de comportamiento y de aspecto. El macho se caracteriza por las rayas al estilo de las cebras que muestra en el dorso y un color rosado en el vientre.

Para reproducirse, el macho acaricia a la hembra con sus tentáculos y cuando esta accede a ser fecundada, le introduce la cápsula seminal por medio del brazo copulador. Después de la fecundación, la pareja está junta hasta que la hembra pone los huevos unos minutos más tarde. La puesta de las sepias es de unos 500 huevos en forma de racimo, de los cuales nacerán sepias de poco más de un centímetro totalmente formadas.

La sepia (Sepia officinalis) es un voraz depredador, cuya reproducción llama la atención a los curiosos. Por ello, el Aquarium ha habilitado una pareja de estos animales en un cubículo desde el que puede ser contemplada durante su cortejo y copulación.

El Aquarium informa de que, además de contemplar estos procesos, pronto se podrán ver también las pequeñas sepias que vayan naciendo en la piscina.

saltarines del fango

Peces o anfibios

Por otra parte, el museo donostiarra ha habilitado también un acuario tropical para mostrar los peces conocidos como Saltarines del Fango (Periophtalmus koelreuteri), que viven entre fango en los manglares.

También desde esta semana, los visitantes del Aquarium de la capital guipuzcoana podrán disfrutar con el comportamiento de estos pequeños peces, cuyo tamaño oscila entre los doce y los quince centímetros de largo. Estos ejemplares recuerdan a los renacuajos. Tienen un cuerpo corto y rechoncho del que sobresalen dos ojos saltones, que se adaptan tanto a la visión aérea como a la subacuática. También presentan una larga cola.

A esta curiosa especie le gusta desplazarse por el fango de las orillas del manglar, fuera del agua, e incluso tiene la costumbre de "airearse" trepando por las raíces de los manglares, donde pasan largos ratos desplazándose con asombrosa habilidad a saltitos, según explica el museo oceanográfico. Son de un color pardo grisáceo que les permite pasar desapercibidos para otros depredadores. Su alimento principal son los moluscos, los gusanos y los insectos.

Llama la atención la habilidad que tienen para trepar por las raíces y tallos de los manglares con sus aletas pectorales, como si tuvieran unas patas musculosas. Cuando salen del agua tienen que mantener húmedas la cola y las agallas porque, en caso contrario, se asfixiarían.