sEGÚN el diccionario de la Real Academia de la Lengua carnaval significa "fiesta popular que se celebra en tales días y que consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos". Tal vez sea esta última palabra, bullicioso, la que mejor describa el ambiente vivido en los últimos días en la capital guipuzcoana (y lo que queda todavía).
La jornada de ayer comenzó con uno de los actos más arraigados en el carnaval donostiarra y que ha permitido recuperar algunas de las canciones más antiguas de este festejo en la ciudad: las Mañanitas. Como es tradición un cortejo encabezado por la txaranga Los Pasai "despertó" a la diosa Momo, encarnada este año por la altzatarra Susana Vicente. Junto a su séquito y con varios zanpantzar de Zubieta, se dirigió al ayuntamiento en kalejira donde tuvo lugar el traspaso de poderes. Pasadas las doce del mediodía el salón de plenos del Consistorio acogió el Hamaiketako Carnavalero.
Mientras, en la calle tuvo lugar una de las principales novedades del programa de carnavales de este año: el desfile de patinadores, que aportó un toque de especial a los jardines de Alderdi Eder. Este fue el punto de salida para decenas de animados patinadores que recorrieron varias calles de la ciudad vestidos con cómodos disfraces. Por otra parte, las cercanas calles de Parte Vieja y el Boulevard fueron testigo de la recuperación de una kantu jira salpicada de bertsos.
Asimismo, quienes se acercaron ayer a Donostia pudieron disfrutar también del tango, gracias a la Asociación de Guipuzcoana de Amigos del Tango Argentino que ofreció diversos bailes en el kiosko del Boulevard, de los zanpantzar de Zubieta o de una pincelada del ancestral Carnaval de Lantz.
Ya por la tarde los niños tuvieron ocasión de participar en una fiesta de lo más especial. Pensada exclusivamente para ellos y por primera vez desde el Teatro Principal, los más pequeños pudieron disfrutar del espectáculo que ofrecieron el trío de payasos Gari, Montxo y Joselontxo. La fiesta infantil contó también con un sorteo de regalos que se realizó entre los niños que acudieron al teatro donostiarra.
una treintena de comparsas
Más de 2.300 participantes
Sin embargo, el acto que a más participantes y espectadores congregó ayer fue el tradicional desfile de comparsas que, puntualmente, comenzó a las cinco de la tarde, en el Boulevard. Fueron un total de 27 agrupaciones las que tomaron parte en una cabalgata que reunió a 2.357 personas, desde niños y niñas de tres años hasta los más entrados en años, la mayoría de ellas expertas en este acto del sábado de Carnaval. El pistoletazo de salida lo dio la comparsa Intxaur Txiki, con 145 integrantes, y cuya temática fue El baile de los vampiros de Polanski.
El sol acompañó durante todo el día lo que hizo que las comparsas quisieran lucirse en el primer tramo del recorrido. Esto provocó que el ritmo fuera más lento de lo que había previsto la organización por lo que a mitad de desfile hubo que apretar el paso.
Con centenares de personas animando desde las vallas, algo que expresamente había pedido días atrás la diosa Momo, llegó el turno de Odissey, una comparsa mediana -65 participantes- que escogió el África salvaje como tema.
Según explicaron algunos de sus integrantes, las coreografías comienzan a ser ensayadas en otoño, entre los meses de septiembre y octubre. Y desde entonces dedican un par de días a la semana a preparar los cuatro o cinco bailes -alguna agrupación había preparado hasta ocho coreografías-.
Así, desde las comparsas más grandes como Eureka (230) o Karmelo Txiki (207) hasta las más pequeñas Zuhaitzak (22) o Denok Taldea (31) acercaron a los donostiarras espectaculares carrozas, trabajados trajes y temáticas de lo más curiosas como Bob Esponja, Plutón carnavalero desconexión total, Millonarios del humor, Tribus urbanas, Río Brasil o Un día en las carreras. Este último, el tema de la comparsa Trumoiak, a la que pertenece la diosa Momo.
Quienes ayer quedaran con ganas de más, hoy el Carnaval en Donostia comenzará a las 9.01 horas con la Diana carnavalera y se prolongará durante toda la jornada por todos los rincones de la ciudad.