"No me lo puedo creer, ¡qué alegría!"
la primera usuaria del ascensor de montpellier se sorprendió ayer al ver que se hallaba en funcionamiento
LA primera usuaria del ascensor de Montpellier, en El Antiguo, se llevó ayer un buen alegrón cuando, a las 18.30 horas, se encontró con que unos técnicos daban los últimos toques al elevador público que se estaba poniendo en marcha en Benta Berri. "Qué bien, no me lo puedo creer, ¡qué alegría!", decía la vecina de la calle Aizkorri, que a partir de ahora se ahorrará una caminata en cuesta para llegar a su hogar.
El nuevo servicio, que funcionará en principio entre las 7.00 y las 23.00 horas, está compuesto por dos ascensores. El primero salva un desnivel de quince metros y conecta la plaza de Benta Berri con el edificio de 50 VPO de Montpellier, habitado desde finales de agosto. Para acceder al inmueble tras subir en el ascensor, hay que caminar por una pasarela de madera y rodear el edificio por una senda en leve cuesta. Después, los usuarios que sigan hacia la calle Aizkorri deben tomar el segundo ascensor, que sube otros diez metros por el interior del edificio de pisos, aunque con una entrada independiente desde el exterior.
El sistema de elevadores completa la comunicación peatonal en la zona que, desde hace año y medio, dispone de otro par de elevadores entre la avenida de Zarautz y la parte más alta de Aizkorri, también conocida como Avanco.
Los ascensores de Montpellier han costado 155.000 euros y son el último conjunto vertical impulsado por el Consistorio en los últimos tiempos, una época en la que han proliferado los ascensores públicos en numerosos puntos de la ciudad situados en zonas altas. Los vecinos de estos barrios, muchos de ellos de edad avanzada, han solicitado repetidamente al Consistorio la puesta en marcha de estos elevadores y, durante los últimos años, muchos se han convertido en realidad.
La historia de los ascensores públicos de Donostia cumplirá diez años en marzo del año próximo, ya que fue en ese mes de 2002 cuando el Ayuntamiento promovió el primero de ellos, ubicado en Sagüés, y pegado a la fachada del instituto Zubiri para conectar el paseo de José Miguel Barandiaran con la calle San Blas.
Tras este primer estreno, la ciudad tuvo que esperar un tiempo hasta que volvieran las obras para instalar estos aparatos. Los del barrio de Larratxo y el de la plaza de Martín Santos en Egia fueron de los primeros en colocarse.
Después llegaron más y, en la actualidad, existen dos elevadores en Herrera, uno en Rutilita y otro en la plaza de San Luis, además de otro más en Buenavista. Por otra parte, la capital guipuzcoana también ha acogido este tipo de transporte vertical en lugares de esparcimiento como, por ejemplo, el Paseo Nuevo (Aquarium) o en la conexión entre el paseo de Federico García Lorca y el parque de Cristina Enea.
Asimismo, otras zonas como San Roque o la cuesta de Lizardi, en Intxaurrondo, se han visto dotadas de rampas mecánicas que permiten a los vecinos subir a sus hogares con mayor comodidad.