qUIÉN le iba a decir al más ingenioso hidalgo manchego que, más de 400 años después de su nacimiento en algún lugar de la Mancha, iba a tener que librar una batalla más contra las merluzas, sapos y lenguados de la bahía de La Concha. Y es que una de las novedades de la reinaugurada plaza de Cervantes en Donostia es la presencia de peces marinos bajo la escultura de Don Quijote y Sancho Panza, que formarán una gran fuente.

Los encargados de este nuevo diseño han sido los integrantes de Lur Paisajistak que, tras vencer el concurso para rediseñar el entorno de Cervantes, se pusieron manos a la obra. Uno de los responsables del proyecto, Iñigo Segurola, narra orgulloso el desarrollo del diseño. Aunque hubo varias modificaciones, la maqueta definitiva es la que más se asemeja a la idea original: "El nuevo monumento coloca la escultura de Don Quijote sobre una fuente y, debido a los mecanismos específicos de esa fuente, ha habido que afrontar varios cambios en el diseño inicial".

Tal y como confirma Segurola, la escultura se coloca sobre una tarima de madera (aún no ha sido instalada) de cuya superficie surgen relieves de distintos peces marinos fundidos en bronce: se elevan en posición ascendente hacia Don Quijote y Sancho Panza y desde su boca abierta saldrá el agua que conformará la fuente. Según Segurola, se trata de una original idea para reflejar la imaginación del protagonista, ya que simbolizan la "paranoia de Quijote al creer que está siendo atacado por los peces del Cantábrico".

la escultura

Réplica de una obra de Madrid

A pesar de que el monumento de Don Quijote y su compañero de aventuras Sancho Panza lleve expuesto en la céntrica plaza donostiarra nada menos que 38 años, algunos despistados paseantes de la zona desconocían su existencia y lo acaban de descubrir con la reforma de Cervantes.

El creador de esta escultura, Lorenzo Collaut Valera, fue el padre del autor del Monumento del Sagrado Corazón en el monte Urgull. Construyó la obra dedicada a Cervantes en 1929 y se colocó en la plaza de España de Madrid. Años más tarde, el Ayuntamiento donostiarra invitó a la empresa Eguisa a recolocar una réplica de la escultura de Collaut en la plaza de Cervantes. Sin embargo, según recoge el Museo San Telmo en su Atlas Escultórico de la ciudad, la iniciativa suscitó cierta polémica entre algunos artistas del momento, por considerar que la elección de una obra de una época anterior no era una buena idea. Finalmente, el 14 de julio de 1973 fue inaugurada la plaza de Cervantes con la réplica del grupo escultórico de Collaut.

Con motivo de la reforma de toda la plaza debido a las obras del parking subterráneo, la escultura ha sido restaurada y recolocada sobre la fuente diseñada por Lur Paisajistak. Con menos árboles a su alrededor y un poco más de altura, ha ganado visibilidad y no pasa desapercibida para los ciudadanos.