¿qUÉ podría hallarse en las calles de Donostia? Además de los objetos comunes que suelen perderse, como móviles, llaves o documentaciones, entre otros, la responsable de Servicios Generales de la Guardia Municipal de Donostia, Jone Argoitia, repasa cuáles han sido los objetos más extraños que han llegado a sus dependencias. Entre elementos como dentaduras postizas, sonotones o pruebas de laboratorio, destaca uno en particular: las cenizas de un fallecido.
Argoitia relata que la Cruz Roja encontró en la orilla de una de las playas de la capital donostiarra una urna sellada que contenía en su interior las cenizas de un fallecido. Pesquisas policiales les llevaron a concluir que aquellos restos pertenecían a una persona fallecida en Francia, que habían sido echadas al mar, "en un bote bien cerrado y bien sellado", y que las corrientes las habrían traído hasta las costas donostiarras. Tras haberse puesto en contacto con el consulado francés, los restos descansan, actualmente, en el cementerio de Polloe. "No nos hicieron caso y las llevamos a Polloe", confirma , al tiempo que añade que "siempre se intenta dar salida a las cosas".
En este sentido, la responsable de Servicios Generales quiere resaltar el trabajo de investigación que hay detrás de muchos de los objetos que consiguen retornarse. Pone como ejemplo el de una cámara de fotos extraviada. Las imágenes son descargadas y se analizadas para intentar descubrir a quién pertenecen.
Otros objetos que también han solido ser depositados en dependencias municipales han sido estupefacientes. Argoitia explica que aunque no suele ser habitual (en 2010 únicamente se registraron dos objetos de este tipo), hay veces en las que la gente entrega "pedacitos de hachís" que suele encontrar.
Se encuentre lo que se encuentre, lo que demuestra este servicio es que hasta las pequeñas rarezas que se hallan en la ciudad pueden ser retornadas, siempre que su legítimo dueño no decida perderlas de manera definitiva.