"RAFAEL Moneo nos ha ofrecido esta arquitectura de la luz y de la cruz. Nos ha ayudado a centrarnos en lo fundamental y a pronunciar lo troncal del evangelio. Se lo quiero agradecer de corazón", dijo ayer el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, en la dedicación de la iglesia Iesu de Riberas de Loiola. Y Munilla deseó que la comunidad cristiana de la Parroquia Iesu, "sea viva y coherente, acogedora, acompañante y positiva en este tiempo que nos toca vivir".

Los 400 asientos del templo estaban repletos y numerosos fieles seguían el acto de pie. Cerca de la puerta, curiosos entraban con intención de descubrir el interior, pero decidían "volver otro día", cuando haya menos gente.

"No he podido verlo, vendré mañana", explicaba el amaratarra Isaias González que se acercó por curiosidad. Fernando Verano no podía evitar fijarse sobre todo en el suelo, ya que él ha sido el responsable de su tratamiento. La lluvia de ayer fue una prueba de fuego, resbalar desde luego, no resbalaba. Verano estaba contento con el resultado: "Le daría un ocho", dice exigente.

Carmen Becerril también acudió a visitar el templo en el día de su dedicación. Lo hizo porque ve la iglesia desde su casa y tenía mucha curiosidad. Le ha parecido que la nueva iglesia por dentro es "impresionante". Aunque ella pertenece a la Parroquia de San José del vecino barrio de Amara, acudirá de vez en cuando a Riberas.

"No la he podido ver entera. Luego me quedaré ", aclaraba el errenteriarra Valentín López en la puerta, a la espera de que terminara el acto litúrgico. Belén y Jose Manuel hicieron un alto en el paseo para intentar visitar la iglesia. Todavía no han conseguido ver el templo por dentro, pero volverán "cualquier día". "Se sale de lo corriente. Lo que más me ha sorprendido es que no hay retablo", explicaba Cristina.

Amaia y Arantxa no sabían que el de ayer era el día de la consagración, por lo que se encontraron por sorpresa las puertas del templo abiertas. Hoy acudirán a la primera misa que dará el párroco Jesús Mari Zabaleta en Iesu.

Cerca de la iglesia paseaba el joven amaratarra Jon Ayllón que considera que se trata de una obra "actual acorde con los tiempos".

Ainara compraba el pan en el nuevo barrio ajena al acto que se celebraba en la iglesia Iesu, y aunque también le gusta el nuevo templo se mostraba crítica. "Me parece un desperdicio porque en un espacio tan grande se podían haber hecho otro tipo de servicios como una biblioteca, ludoteca, o una casa de cultura", infraestructuras de las que todavía carece el nuevo barrio de Riberas de Loiola. Eso sí, confesó que se acercara a ver la nueva obra de Moneo.