Donostia. Donostia podría contar con un nuevo bidegorri y un trazado peatonal que conectarían los barrios de Loiola y Martutene con el parque fluvial del Urumea y con el municipio vecino de Astigarraga en la primavera de 2012. El Ayuntamiento dispone ya de un estudio elaborado en colaboración con la Asociación de Ciclistas Urbanos Kalapie, que fue presentado ayer por el alcalde de la ciudad, Odón Elorza.

El proyecto incluye dos trazados diferentes que discurrirían por Loiola y Martutene, y quedarían unidos por un tercer tramo a la altura del acceso al Polígono 27. El conjunto rondaría los cinco kilómetros.

El primer trazado comenzaría en Loiola, frente a los cuarteles, y discurriría junto a la actual carretera por los paseos de Antzieta y Martutene. Atravesaría a continuación el puente de Martutene, recorrería la calle Tranvía y llegaría hasta la gasolinera del barrio, para conectarse finalmente con el bidegorri y el camino peatonal existentes entre ese punto y Astigarraga.

El segundo recorrido, más orientado al disfrute del entorno y de los paisajes, partiría también del paseo de Antzieta, pero seguiría la ribera del río Urumea por el camino de Kristobaldegi, situado en Txomin, y después por el camino de Sarroeta, ubicado en la otra vega del río, hasta llegar a la calle Tranvía, después del puente de Martutene, donde se conectaría con el anterior itinerario.

Un tercer trazado serviría para conectar los puntos centrales de cada uno de los dos anteriores recorridos a través del paseo de Lugañene (a la altura del Polígono 27).

Esta intervención incluiría la ampliación de aceras en varios tramos, como en el puente de Martutene, lo que obligaría al Consistorio a negociar con algunos propietarios privados para ocupar unos metros de sus parcelas. Además, conllevaría la implantación de nuevos pasos de peatones.

La idea propuesta sería "de rápida ejecución" en la próxima legislatura y de "austeridad" presupuestaria, según destacó el regidor, quien insistió en que se trata de una intervención "blanda" y "sencilla".

El coste de la operación ascendería a unos 750.000 euros y, "si todo va bien", podría encargarse este verano. Antes de que acabe este año, el Consistorio remitiría un anteproyecto al Gobierno Vasco para obtener los permisos correspondientes del Departamento de Costas, y los itinerarios podrían abrirse al público durante la próxima primavera, estimó Elorza.