Donostia. Los vecinos de los primeros números de la calle Alkolea, en el barrio de Egia, planean hacer una medición con expertos para averiguar el grado de radiación que sufren en sus casas como consecuencia de varias antenas y bases de telefonía móvil en la cercana Clínica Quirón. Desde que se enteraron de su existencia en 2007, los vecinos están preocupados por cómo estas instalaciones pueden afectar a su salud y se han movilizado con protestas e incluso alegaciones ante el Ayuntamiento.
El proceso empezó en 2007, cuando los vecinos supieron que tenían bases de telefonía móvil, potenciales emisoras de radiactividad, muy cerca de sus hogares. Sin embargo, las instalaciones de la clínica llevaban ya dos años funcionando. "Al no ser informados por el Ayuntamiento, no pudimos negarnos ni presentar alegación alguna", explica Javier Etxebeste, presidente de la Junta de vecinos de Alkolea.
En 2009, Vodafone solicitó una licencia de actividad y los vecinos recibieron cartas informativas del Consistorio. Los egiatarras tuvieron una reunión con el director de la Clínica Quirón, para intentar convencerle de que no permitiese la instalación, pero no llegaron a un acuerdo. Los vecinos decidieron entonces salir a la calle e iniciar una denuncia pública mediante pancartas y alegaciones. Hablaron con concejales de otros partidos e intentaron, sin éxito, entrevistarse con el alcalde, Odón Elorza.
Asimismo, 100 vecinos presentaron una alegación contra la solicitud de Vodafone y en favor de eliminar las antenas. Tras esas primeras alegaciones en 2009, los servicios municipales les aseguraron una respuesta en un plazo de seis meses, algo que nunca ocurrió, "lo que demuestra que el Ayuntamiento no cumple el protocolo legal y que las alegaciones son un procedimiento vacío", creen los vecinos.
En julio de 2010, otra empresa solicitó licencia de actividad, a lo que los habitantes de la calle Alkolea y otras casas cercanas respondieron con más alegaciones sin respuesta. "El tema es que las operadoras ni siquiera esperaron a la licencia, por subterfugios legales han conseguido seguir instalados desde hace ya dos años. Creemos que no hacer nada no era la única decisión posible que tenía el Ayuntamiento", continúa Etxebeste.
nueva norma Los vecinos egiatarras saben que se está tramitando una nueva norma municipal y expresan su preocupación por cómo se concretará. La Clínica Quirón estaría considerada, según las clasificaciones europeas con respecto a las radiaciones, como una zona sensible por su carácter de centro de salud, y susceptible por ello de un análisis individualizado. "Ahora estamos hablando con expertos para ver cómo pueden afectarnos las antenas y saber qué estamos recibiendo", cuenta Etxebeste.
A ellos se les une también la organización Antenarik Ez, que lleva tiempo oponiéndose a las antenas y a una normativa que pase por alto el tratamiento de las zonas sensibles.