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Andando a clase también mañana

Varios centros escolares intercambiaron ayer en el Ayuntamiento de Donostia sus experiencias para fomentar que sus alumnos acudan andando al colegio, en el tercer encuentro de los Caminos Escolares y en el marco de la Semana de la Movilidad.

EL centro Arantzazuko Ama de Martutene lleva tres años intentando que sus alumnos de Primaria acudan andando y solos a clase. Han tenido dos experiencias piloto, en las que han contado con la ayuda de padres y profesores para regular el paso de cebra cercano al centro. Es el principal punto peligroso del entorno del colegio. Ahora, sin embargo, quieren dar un paso más y pasar de las pruebas piloto a una experiencia continuada.

Felixi Etxeberria es profesora de Primaria de Arantzazuko Ama y fue una de las ponentes que participó ayer en el III Encuentro de Caminos Escolares que se celebró en el Ayuntamiento de Donostia. Junto con representantes de otros centros educativos (padres y profesores) y también de las instituciones, analizaron de qué manera se puede intervenir para impulsar una movilidad sostenible y que los escolares, en los casos en los que sea posible, puedan ir andando a clase.

Etxeberria explicó que en Martutene tienen suerte en cierto sentido: "No estamos en una zona peligrosa ni con mucho tráfico, la mayoría de los alumnos llegan de la zona interior del barrio, con poco tráfico, y el mayor peligro está en el paso de cebra frente al colegio".

Así, en las pruebas piloto se han centrado en ese punto, en el que han garantizado la seguridad de los chavales con la ayuda de padres y profesores que vigilaban el paso peatonal.

Precisamente, todos los participantes en el encuentro de ayer subrayaron la importancia de que tanto profesores, como padres e instituciones colaboren en este asunto. Algunos colegios explicaron cómo pidieron que se retiraran algunos contenedores o elementos que dificultaban la visión de los alumnos en los pasos de cebra, o hablaron de las clases que han impartido con agentes municipales para tratar el tema de la movilidad y concienciar a los chavales.

Una de las principales conclusiones fue, también, que es mejor dejar de lado la sobreprotección e ir dando a los jóvenes las herramientas necesarias para que puedan ir solos al colegio y afrontar los peligros que acarrea atravesar una calle con seguridad. Al final, se trata de un trabajo conjunto para que ir andando a clase pase de ser algo anecdótico a formar parte del día a día de los chavales.