Malos tiempos para los toldos
Son jóvenes y la mayoría estudiantes. Los tolderos de la playa de Ondarreta están teniendo uno de los veranos más tranquilos de los últimos años debido a la irregularidad climatológica .
LOS tolderos son uno de los pocos colectivos a los que no se les entristece el semblante cuando se despiertan por la mañana y contemplan un cielo encapotado. Y este verano está habiendo bastante de esto. "Los días de mucho ajetreo se pueden contar con los dedos de las manos. Está siendo un verano malo para los aficionados a la playa. Días soleados sí que ha habido, pero también muchos de cielo nublado en los que apenas viene gente", afirma Imanol Sánchez, uno de los tolderos de la playa de Ondarreta. "En general, la afluencia es bastante más reducida respecto a otras temporadas", concluye.
La actual estación estival, que está deparando una de cal y otra de arena, y nunca mejor dicho, se está caracterizando por la irregularidad meteorológica, ya que al igual que un día brilla el sol, al siguiente se encapota el cielo por completo. Además, en el caso de Ondarreta, a esto se le suma el problema de las piedras que este verano han aparecido en la orilla. Éstas dificultan considerablemente la entrada de los bañistas al mar, sobre todo a las personas mayores, de las cuales muchas, con motivo de esta anomalía natural, se están viendo obligadas a trasladarse a La Concha para darse un chapuzón.
Estas adversidades están generando que los tolderos de la playa de Ondarreta tengan menos trabajo que en otras temporadas. Sánchez comparte su jornada laboral con Lander Arteaga, Ioritz Etxeberria y Josu Fernández, entre otros. Durante el curso se dedican a estudiar, pero en verano deciden sacrificar sus vacaciones y ponerse a trabajar, con el fin de sacar un dinero extra.
Imanol es estudiante de Empresariales, tiene 20 años y es su primer verano como toldero: "Está tocando un verano en el que no estamos teniendo excesivo trabajo. Los días de agobio se cuentan con una mano", comenta. Arteaga y Etxeberria tienen 22 años y son estudiantes de Administración y Finanzas e Ingeniería Electrónica, respectivamente. El primero ya se considera un veterano de los toldos. "Llevo ya cuatro veranos aquí", explica. En cambio, Etxeberria, tras estar el verano pasado en La Concha, está completando su primera temporada en Ondarreta. Para Josu Fernández también es su segunda experiencia consecutiva en este gremio. Tiene 20 años y estudia Comunicación en la Universidad de Deusto. "El verano pasado recuerdo que hubo bastante más trabajo. Está siendo un verano bastante malo para los playeros", confirma.
Jornada
Diez horas, con dos para comer
En lo que a su horario respecta, restando las dos horas que se les conceden para el almuerzo, completan una jornada laboral que da comienzo a las 10.00 horas y concluye, según está estipulado en sus contratos, a las 19.30 horas de la tarde. "Aunque nuestra jornada laboral finaliza a esa hora los días que hace bueno y colocamos muchos toldos nos solemos quedar recogiendo hasta alrededor de las 20.30 horas, o incluso hasta las 21.00", aclaran.