Donostia. Los objetivos marcados por el Servicio de Agua y Saneamiento del Ayuntamiento donostiarra en materia de consumo de agua potable no terminan con el acondicionamiento de la red de distribución, ya que según explicó ayer el concejal de Servicios Urbanos, Alberto Rodríguez, también se implantarán otras medidas para controlar el consumo de agua potable desperdiciada y reducir el pago de agua suministrada por la Mancomunidad del Añarbe.
Una de las más importantes será la modernización de los 80.000 contadores de agua que existen hoy por hoy en la ciudad. Algunos de ellos, sobre todo los que se ubican en nuevas viviendas o en grandes consumidores como polideportivos y residencias, ya disponen de contadores sofisticados, pero el Ayuntamiento pretende extenderlos a toda la ciudadanía.
La implantación de estos nuevos aparatos permitirá acceder a la lectura del contador sin acudir a los domicilios, ya que los datos de los consumos se recibirán desde el exterior mediante radiofrecuencia. Hace aproximadamente un año el Consistorio inició una primera fase que afectó a 2.308 contadores ubicados en el polígono 27 de Martutene y en el barrio de Loiola y en la próxima década pretende sustituir todos los aparatos de la ciudad.
Este cambio, además de implantar un control más estricto de los consumos de cada domicilio o local en tiempo real, permitirá controlar los consumos fraudulentos que se producen en algunos lugares.
Por otra parte, Donostia pretende reducir los riegos de las plantaciones y vegetaciones que decoran la ciudad.
Para ello, se introducirán especies que no necesiten tanta agua para adaptarse al clima local. El Ayuntamiento, asimismo, analizará la fórmula más idónea para ahorrar agua potable en los estanques y las 350 fuentes bebedero de la ciudad.