Donostia. La inquietud por la operación urbanística de San Bartolomé y la falta de información que perciben sus afectados llevará hoy a la calle a vecinos implicados en esta operación que contempla la construcción de 534 viviendas y 175 realojos en Amara Zaharra. Se han citado a las 13.00 horas en la plaza Easo para exigir una solución a su situación. Por su parte, el alcalde, Odón Elorza, el concejal de Urbanismo, Jorge Letamendía, y Martín Arregi, el gerente de San Bartolomé Muinoa -promotora de este proyecto-, se reunirán el martes con los vecinos para explicarles cuál es el estado de las negociaciones que se están llevando a cabo con las entidades financieras para obtener financiación y poder iniciar cuanto antes dicha actuación.

Según ha podido saber este periódico, las constantes reuniones que se están llevando a cabo desde hace meses están dando frutos poco a poco y los promotores confían en llegar a un acuerdo definitivo en las próximas semanas.

La última vez que se produjo una reunión informativa de este tipo fue el 9 de diciembre. Allí, el alcalde, Odón Elorza, pidió disculpas a los afectados por la gestión de la información en torno a la evolución de los acontecimientos y mostró su confianza en que el acuerdo con las distintas entidades financieras llegase a buen puerto para finales de diciembre. El pasado 28 de enero, y tras varias semanas de reuniones y silencio, Elorza explicó en rueda de prensa que las negociaciones estaban resultando complejas y exigía discreción y cautela a todos los estamentos. Reconoció, incluso, que había mantenido a la oposición al margen de dichas negociaciones.

Los afectados directos están citados en el salón de plenos el próximo martes, a las 19.15 horas, para recibir de primera mano un repaso de la situación.

Kutxa, que lidera el crédito sindicado (conjunto) necesario para financiar la operación, mantiene la misma postura que hace meses y está dispuesta a aportar 40 de los 120 millones que la propia entidad estima como "convenientes" para afrontar una actuación de semejante envergadura. Lo haría siempre y cuando el crédito sindicado se acerque a una cantidad que garantice afrontar las obras.