Se reabre el debate del viaducto de Carlos I
La posibilidad de soterrar el Topo en Errondo -en estudio- abre las puertas a una vieja aspiración vecinal: la eliminación total del muro que divide Amara Berri en dos. Ayuntamiento y Diputación habían descartado esta opción en marzo.
LA historia se repite y la esperanza se recobra para los vecinos de Amara que desde hace décadas reclaman la eliminación total del viaducto de Carlos I, una de las principales vías de entrada y salida de Donostia. El debate se reabre, de nuevo, cuando parecía zanjado. La batalla vecinal continúa, cuando parecía perdida.
La posibilidad de soterrar el Topo en Errondo, contemplada dentro del proyecto de Metro de Donostialdea que ha puesto sobre la mesa el Gobierno Vasco, alimenta la opción de suprimir esta vía de entrada de la ciudad y convertirla en una avenida urbana con tres pasos de cebra semaforizados.
Se vuelve a contemplar la posibilidad de crear una entrada nueva a la ciudad por el Alto de Errondo, que llegaría a una rotonda situada en la confluencia del paseo de Errondo y Carlos I, sobre las vías del Topo, que se convertiría en Metro, bajo tierra; por otro lado, se lanzarían los carriles de salida a la autopista por Hospitales, tal y como ya está contemplado y asumido.
La posibilidad de suprimir el viaducto en su totalidad, aunque lejana aún, está sobre la mesa de nuevo. Ha sido planteada por el departamento de Transportes del Ejecutivo de Vitoria a la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia, que deben estudiar su viabilidad, a la espera de cómo se concreta el proyecto del futuro Metro.
Lejos queda el mes de marzo, cuando el Ayuntamiento de Donostia y la Diputación presentaban un nuevo proyecto para este viaducto. Se iban a suprimir los dos carriles de salida hacia la autopista, pero se mantendrían los de entrada. Una solución que dejaba "a medias" a muchos vecinos de Carlos I.
El acuerdo era avalado por ambas instituciones, que después de años de debate político y varios estudios técnicos, habían descartado la posibilidad de suprimir este viaducto. Hacerlo sería "magia", comentó el alcalde, Odón Elorza. Se esperaba que las obras arrancasen en 2011.
La asociación de vecinos de Amara-Osinaga, defensora de la supresión de esta entrada a la ciudad, no se resignaba a dicha solución y se encontraba a la espera de que el proyecto se concretase para presentar alegaciones. Quizá ya no haga falta, porque Carlos I retrocede a una fase de estudio y análisis. Los plazos fijados saltan por los aires una vez más, pero las posibilidades se abren. Continúa el culebrón.
El PNV de Donostia instó a la junta de gobierno a que sometiese este tema a debate en el próximo Pleno del día 27 y que se manifestase claramente a favor de eliminar el viaducto. Su petición ha sido desestimada.
Entre tanto, los vecinos afectados respiran tranquilos. Entre escépticos y esperanzados, constatan la anulación del enésimo proyecto planteado, como cuando en 2005 se anunció la supresión del viaducto y el inicio de las obras para 2007.