Justa derrota en el derbi. El Eibar cayó en Mendizorrotza por 2-1 después de cuajar una de sus actuaciones más flojas de la temporada, un resultado que le impide salir de la zona baja de la tabla y que le hará mirar el resto de la jornada con preocupación, ya que su renta de seis puntos sobre el descenso puede verse reducida a lo largo del fin de semana. El Alavés y el Eibar afrontaban el choque igualados en la clasificación a 24 puntos, así que el duelo tenía su importancia, pero el cuadro armero no dio la talla. Se mostró lento e inoperante en ataque, a lo que unió fallos en defensa que acabaron por costar la derrota. Estuvo irreconocible el cuadro de Mendilibar, que ayer prácticamente ni compareció en el estadio gasteiztarra. No hubo ni rastro de su intensidad habitual y a sus jugadores les faltó contundencia en las jugadas clave. Así que esa pequeña racha de tres jornadas sin perder acabó anoche.

Solo una vez tiró a puerta el Eibar durante los 93 minutos que duró el duelo. El chut de Orellana desde el borde del área, eso sí, acabó en gol. La efectividad no se le puede negar. Pero así es casi imposible sacar puntos. El citado disparo del chileno, el único que intentó dar algo de lucidez a un ataque plano a más no poder, llegó en el minuto 83. Hasta entonces, nada. Apenas pisaron el área rival los de Mendilibar. Los laterales no subieron y los delanteros -primero estuvo Enrich solo y más tarde lo acompañó Charles en punta- estuvieron desasistidos. El trivote formado por Pape Diop, Cristóforo y Edu Expósito no funcionó. Los centros, la gran arma del Eibar, escasearon. Y si a eso se le unen un par de fallos gruesos en acciones defensivas, se explica la derrota.

Cedió la iniciativa el Alavés al conjunto guipuzcoano durante el primer tiempo. Asier Garitano conoce las limitaciones del Eibar cuando tiene que llevar la iniciativa, así que, pese a jugar en casa, no le importó lo más mínimo ceder el balón a su rival, que apenas inquietó el entramado defensivo del conjunto local. Cote y Orellana realizaron dos tímidas incursiones por banda en los diez primeros minutos y cerca de la media hora Arbilla puso un buen centro al que no llegó Enrich. Ahí acabó la tímida producción ofensiva del Eibar, que durante los primeros 45 minutos tuvo un 70% de posesión. Mucho tiempo con el balón en los pies pero poco peligro. Nadie ponía algo de magia porque Orellana estaba muy vigilado.

La insulsa primera parte dio paso a un frenético inicio de la segunda mitad. Garitano dio entrada a Lucas Pérez por Fejsa y el delantero no tardó ni 20 segundos en marcar el primer tanto. En un balón largo falló Esteban Burgos al intentar despejar y Joselu sirvió a placer para Lucas, que batió de semifallo a Dmitrovic. La recompensa fue rapidísima, pero lo cierto es que el equipo local demostró con ese cambio que iba a por el partido, mientras que el Eibar daba la sensación de conformarse con el empate. Ese fallo de su central rompió los planes de Mendilibar.

El cuadro armero se descompuso tras encajar el 1-0 y pasó a ser dominado por completo por un Alavés más intenso y vertical. La entrada de Charles por Pedro León no cambió ni un ápice el desarrollo del duelo y el Alavés decidió con el 2-0, marcado por Burke tras una jugada que nació con un error conjunto de Arbilla -que ayer fue lateral- y Burgos. Para entonces el balance era de seis disparos a puerta por parte local y cero por parte visitante. El primero llegó en el minuto 83 y fue gol gracias a un buen chut de Orellana desde el borde del área, pero el Eibar no tuvo ni tiempo ni juego para empatar. Mal partido y a pensar ya en el próximo derbi ante la Real.