Eneko Otaño se impuso claramente a Xabier Orbegozo -Arria V- en el desafío que ambos disputaron en la plaza de toros de Azpeitia. El aizkolari de Beizama dominó la prueba de principio a fin: tomó ventaja en el primer tronco y se mantuvo por delante hasta la última madera. Aunque Otaño dio muestras de cansancio en el tramo final del trabajo y pareció sufrir para mantener el ritmo, nunca permitió soñar con la remontada a su rival. El tercer clasificado del Sherpa.ai Aizkolari Txapelketa Nagusia, de 27 años, se embolsó así los 5.000 euros de la apuesta tras cortar en 46 minutos y 57 segundos los 20 kanaerdikos, es decir, veinte troncos de unos 1,25 metros de perímetro y unos 39,8 centímetros de diámetro. Arria, por su parte, necesitó cinco minutos y 40 segundos más que el vencedor para completar el mismo trabajo. El errezildarra, de 44 años, se mostró decepcionado por su actuación, y al término del desafío llegó a afirmar incluso que esta iba a ser su última apuesta. De hecho, Arria V tuvo la intención de poner fin a su trayectoria deportiva el pasado mes de junio, pero la idea de medirse con un adversario como Eneko Otaño le motivó a regresar a las plazas.

Cada aizkolari llevó la mitad de los troncos de la prueba al coso azpeitiarra. Los diez kanaerdikos de Arria se colocaron más cerca de los toriles en ambas filas. Ambos aportaron una madera irregular, con troncos bastante más duros que otros y con varios nudos, aunque también hubo piezas menos exigentes. El material, en cualquier caso, no condicionó en exceso el desenlace final.

Numerosos aficionados acudieron a Azpeitia, y aproximadamente la mitad de las gradas de la plaza de toros se poblaron de espectadores. Los seguidores de Otaño, más ruidosos, se dejaron oír más que los demás, animados por la buena actuación del beizamarra. Nada más acabar, el aizkolari fue a agradecerles sus ánimos, y minutos más tarde también posó en la plaza con toda su cuadrilla.

Los dos rivales decidieron empezar a cortar sus propios troncos y se situaron en extremos opuestos de las dos filas. Otaño partió su primer kanaerdiko en un minuto y 15 segundos, y Arria empleó 16 segundos más. Cuando cada uno terminó sus cinco troncos, el beizamarra tenía una significativa ventaja de 53 segundos. Y en la mitad del trabajo, la renta de Otaño alcanzó ya los dos minutos y 53 segundos.

Tras el primer kanaerdiko, el ganador casi siempre estuvo al menos un tronco por delante de Arria, e incluso llegó a estar con dos piezas de ventaja a partir de la octava madera, aunque ambos llegaron a coincidir brevemente en el décimo, el duodécimo, el décimo tercer y el décimo cuarto kanaerdiko.

Otaño inició la segunda mitad del trabajo sobre las maderas de Arria, y llegó a sus troncos con más de tres minutos de ventaja sobre el errezildarra (33:59-36:55). Perjudicado por unos nudos, durante algunos momentos el vencedor pareció sentirse incómodo, con problemas para mantener el ritmo que se había impuesto. El beizamarra se tomaba frecuentes pero breves descansos sobre los troncos para mirar a su rival o la grada. En cualquier caso, con la renta que tenía acumulada podía permitírselo sin apuros. Y, si la cadencia fallaba, la potencia de su golpe también le ayudaba a conservar su ventaja.

Arria V, por su parte, mantuvo el mismo ritmo prácticamente durante todo el desafío. Al errezildarra, no obstante, le faltó velocidad para poder alcanzar a su rival. Cuando Otaño pisó su último kanaerdiko, Arria todavía estaba tres troncos por detrás. Finalmente, el aizkolari de Beizama, auxiliado por su padre Juan Mari Otaño y por José Miguel Peñagarikano, completó el trabajo en 46 minutos y 57 segundos.

Eneko Otaño se adjudicó así su tercer desafío. El de Beizama cayó ante Larrañaga en 2014 y venció a Mieltxo Mindegia en 2016, aunque desde entonces ha crecido hasta convertirse en uno de los mejores aizkolaris del momento.

Arria V no arrojó la toalla, y siguió cortando hasta partir el vigésimo y último kanaerdiko de la apuesta (52:37). Y, tal vez, también el último de su extraordinario historial en las plazas. l