- Los numerosos aficionados existentes en Euskal Herria a la caza de codorniz y torcaz, que se desarrollará entre el 15 de agosto y mediados del mes de septiembre en los campos de Castilla y León, La Rioja, Araba y Nafarroa esperan con ansiedad la apertura de la media veda, que por el momento se presenta con buenas expectativas.

La apertura de la media veda y la notable mejoría de la situación provocada por la pandemia del covid-19 que condicionó en gran medida la pasada temporada, permitirá a gran parte de los aficionados resarcirse de las penurias y dejar atrás una campaña paupérrima debido a las limitaciones de movilidad. Además, tendrán a su favor la bonanza que presentan los campos, donde el canto de las codornices se está escuchando con frecuencia y genera un gran optimismo entre quienes se han acercado a observar y comprobar de primera mano las expectativas de cara a la media veda.

Sin embargo, a falta de casi mes y medio para que arranque la campaña, la demora en la siega de cereal, “que está propiciado por las lluvias que han caído en las últimas semanas” no debe ser obstáculo para que el gran número de aficionados que acudan a los campos de Castilla y León puedan obtener buenas perchas, según confía el veterano aficionado Miguel Ángel Romero. Su esperanza para completar “una buena temporada” está basada “en que las tormentas no ahuyenten a las codornices”.

Apunta además que “también hay mucha cantidad de torcaces que pueden ser una buena alternativa a la tórtola”, cuya caza estará condicionada por la decisión que adopten las autoridades de esa comunidad autónoma.

Tras apuntar que los campos de Nafarroa “están en esta época del año muy parecidos a como estaban el año pasado” el presidente de la Federación de Caza de Navarra, José Ángel Remírez, asegura que “se están escuchando muchos cantos de codorniz”. A pesar de ello se muestra prudente porque coincide en que las capturas “dependerán de la climatología. El año pasado, muchas subieron hacia el norte y hacia el Pirineo y, aunque quedaron las justas, en algunas zonas no hubo problemas para completar los cupos de diez codornices por cazador y día”.

En el caso de las torcaces, Remírez destaca que “cada vez está mejor; es una especie muy interesante y parece que cada vez están criando más por esta zona”.

La situación en los campos de Araba y La Rioja también se presenta similar a la del año pasado. “La llegada de codornices está siendo irregular, en función del tiempo, y tras el paso de una primera tanda, la segunda se ha quedado y nidificado”, apunta Romero. Aunque reconoce que “en esta ocasión ha habido un cierto adelanto con respecto a otras campañas, los machos están cantando bastante para atraer a las hembras, lo que resulta prometedor”.

La media veda que muchos aficionados practican también como puesta a punto de sus perros de cara a la desveda general, invita a mirar más allá de mediados de septiembre con un optimismo similar al que se mira la campaña que arrancará en torno a la fiesta de Andra Mari. En general, tanto las especies predilectas de caza menor, como la perdiz, la liebre o el conejo apuntan en estos momentos buenas perspectivas, mientras que en el caso de piezas de caza mayor como el corzo o el jabalí se sitúan en números de superpoblación, y en el de ciervos los números también auguran buenas capturas.

Desveda general

Remírez defiende que las perspectivas de piezas de menor para la desveda general resulta muy esperanzadora. “La perdiz es una especie emblemática en Nafarroa, donde se encuentran poblaciones auténticas y salvajes”, y aunque apunta que “la situación no está para echar cohetes” recuerda que “la repoblación de la especie en la Comunidad está totalmente prohibida”. En Araba y en La Rioja la situación también es, en principio, satisfactoria.

La situación del conejo y de la liebre resulta desigual en Nafarroa, así como en zonas de Araba y La Rioja y de Castilla y León. La incidencia de la mixomatosis en esta últimas ha reducido en parte sus poblaciones, aunque Romero destaca que en las zonas más al norte, en las que se encuentran ejemplares de liebre europea, parecen haberse librado de la enfermedad. Remírez asegura por su parte que en algunas zonas de su territorio existe una superpoblación de conejo, lo que ha obligado tanto a los responsables forales como a las entidades cinegéticas a destinar más de un millón de euros para costear los daños producidos en la agricultura por la especie.

En lo que ninguno de los experimentados cazadores consultados muestra duda alguna es en la necesidad de incrementar la presión sobre especies de caza mayor, sobre todo en el caso del jabalí que “se están convirtiendo en un verdadero problema en todas partes”. La abundancia de esta especie, que lleva a Remírez y a Romero a hablar de “superpoblación” o directamente de “plaga”, sugiere para el primero la necesidad de “abatir el doble de los 10.000 ejemplares que caza año se cazan en Nafarroa”.

La proliferación de corzos por las diferentes zonas cinegéticas, aunque sin llegar a los extremos del jabalí, también sugiere una mayor presión, mientras que el caso de los ciervos resulta menos problemático, aunque las poblaciones también presentan un ligero aumento en cuanto al número de ejemplares en aquellas zonas cinegéticas en las que su presencia es habitual.

Los cazadores coinciden en que no debe cejar la presión sobre especies de caza mayor como el jabalí, que califican ya como “plaga”