- A las 13.33 horas de hoy comenzará la andanza de Jon Rahm en el Masters de Augusta, que habitualmente es el primer Major de la temporada pero que esta vez será el último. El de Barrika acude como uno de los favoritos a ceñirse la chaqueta verde, a tenor de su segundo puesto en el ranking mundial y un estado de forma corroborado por un increíble hoyo en uno que al martes dio al vuelta al mundo. “Se regaló uno de los golpes más bonitos de la historia de la disciplina el día de su 26 cumpleaños”, juzgó el medio belga RTBF. Un gran estímulo fabricado en los entrenamientos para colmarse de ánimo. Además, el hondarribiarra Txema Olazabal, que se ha vestido en dos ocasiones la chaqueta verde (1994 y 1999), participará por trigésima vez en Augusta con la intención de pasar el corte.

Rahm ha anunciado que seguirá siendo ese golfista que asume riesgos, que se deja llevar por las sensaciones en lugar de optar por lo convencional. “ No voy a ir en contra de lo que yo siento”, comenta. Aunque tiene claro que para conquistar su primer Major este domingo no será necesario plasmar un recorrido idílico. “La principal lección de Augusta es que no hay que jugar un golf perfecto para ganar aquí, sino hacerlo lo mejor posible con lo que cada uno tenga en cada momento y no ser más ambicioso de la cuenta”, expresó. Es decir, tratará de apelar a la calma en los momentos de dudas para no ceder ventaja y así poder afrontar con garantías los ratos de lucidez. Buscará conjugar su visceralidad con la paciencia de un campo que, dadas las fechas, puede presentar un estado diferente al habitual. “Yo me he equivocado en el pasado con eso. He sido muy agresivo y sí, he hecho algunos birdies, pero también me han caído algunos números muy altos”, recuerda. En su mente retumba esta afirmación: “Todos los campeones han cometido errores. Se pueden cometer fallos y ganar el torneo”. Prohibido desesperarse.

El año pasado el vizcaino firmó la novena posición, mientras que en 2018 logró su mejor resultado, fue cuarto, que es su segundo mejor puesto en un grande después del tercer lugar del US Open de 2019. Rahm cumplió el sueño de jugar contra Tiger Woods. Ahora puede heredar la chaqueta del estadounidense como campeón de la última edición.