- Diego Schwartman consiguió en Roland Garros romper su techo en un Grand Slam al alcanzar las semifinales el mismo día en el que Nadia Podoroska se convirtió en la primera tenista procedente de la fase previa que alcanzaba esa ronda en París.

Los dos jugadores tiñeron de albiceleste la jornada en la capital francesa, firmando dos actuaciones memorables que les sitúan en el punto más alto de sus carreras y mantienen viva la llama del tenis argentino, que hacía tiempo que no vibraba en ambos cuadros.

Por orden cronológico, Podoroska fue la primera en romper el techo de la historia. De la suya, porque nunca había llegado tan alto en un Grand Slam, y la del torneo, que jamás había visto a una jugadora salida de la fase previa alcanzar el penúltimo peldaño.

La rusa venció a la ucraniana Elina Svitolina, tercera favorita, por 6-2 y 6-4 para convertirse en la primera argentina en semifinales de Roland Garros desde Paola Suárez en 2004 y la quinta en toda la historia. En su segunda incursión en un Grand Slam, la primera en cuatro años, Podoroska sumó su quinta victoria y se queda a dos de un título que ni Gabriela Sabatini logró levantar.

Al mismo carro que Podoroska se subió Schwartzman, al término de un duelo épico contra el austríaco Dominic Thiem, de más de cinco horas, el segundo más largo en lo que va de torneo, el 300 de la carrera del jugador de Buenos Aires, que acabó ganando por 7-6(1), 5-7, 6-7(6), 7-6(5) y 6-2.

Será la primera vez que el Peque ingrese en el top 10, premio a su buen rendimiento. El argentino sigue rompiendo barreras.