Imanol Rojo estaba completando su mejor temporada en la Copa del Mundo de esquí de fondo cuando se decretó el estado de alarma. A estas alturas, ya sin competición, habría vuelto a Tolosa para reencontrase con los suyos, pero sigue pasando el confinamiento en Viella, en los Pirineos de Lleida: "Es donde suelo estar en invierno. Estaba entrenándome para las últimas carreras y" la orden de permanecer en las casas "me pilló aquí". "Tengo muchas ganas de ir a Tolosa. Cuando acaba la temporada me gusta ir y estar con los amigos y con la familia, y quiero estar con mi sobrino, que nació el pasado mes de noviembre y no he estado prácticamente con él en todo el invierno. Es una pena no poder estar allí".

A pesar de sus ganas de regresar a su localidad natal, Rojo está llevando el confinamiento "bastante bien. Después de la temporada solemos hacer un parón de unos quince días y he descansado, pero ahora ya he empezado a entrenar un poco. Tengo un rodillo de bici y una cinta de correr que pongo en el balcón. También hago ejercicios de piernas, de brazos, de abdominales... un poco de todo lo que se puede hacer dentro de casa". Dependiendo del día, se ejercita "alrededor de hora y media o dos horas".

El tolosarra se mantiene recluido a pesar de tener la nieve a la vista: "La semana pasada nevó bastante y se veía bastante nieve en las montañas. Aquí hasta mitad de abril se puede esquiar, y es una pena no poder aprovechar toda esa nieve, pero lo que hay que hacer es quedarse en casa, no contagiar a nadie en el caso de que estuviéramos contagiados y no contagiarnos nosotros". También se ha enterado de que hace unos días nevó en Gipuzkoa: "Siempre me gusta ir a los sitios a los que iba de pequeño a esquiar, como a Aralar o a Uzturre, a disfrutar".

Una gran temporada El esquiador tolosarra, olímpico en los Juegos de 2014 y de 2018, compitió por última vez el 24 de febrero: "Hemos terminado la temporada un mes antes. Quedaban cuatro fines de semana de carreras y he hecho casi toda la temporada. No nos podemos quejar". Rojo, de hecho, estaba completando una de sus mejores actuaciones en el circuito internacional: "Ha sido la primera vez que he puntuado en la Copa del Mundo, que es la máxima liga del esquí de fondo".

Esta campaña, Rojo ha vuelto a entrenarse a las órdenes de Joan Erola, que ya fue su técnico hace unos años. "He notado una mejoría importante. Me he encontrado muy bien y estoy contento. Ha sido una pena no poder competir en la última Copa del Mundo, porque tenía la esperanza de hacerlo bien, pero desde el inicio de la temporada hasta febrero he estado luchando por estar entre los treinta primeros, y he entrado tres veces". El guipuzcoano fue 26º y 27º en sendas pruebas sobre quince kilómetros, en la República Checa y en Suiza, y 30º en un skiathlon en Noruega. "Me he metido ahí en la Copa del Mundo, que antes me resultaba muy complicado. Creo que ha sido un paso adelante".

El aplazamiento de los Juegos de Tokio no afectará a la cita olímpica de invierno, que será en 2022 en China, "donde empezó la pandemia. Esperemos que todo se arregle, que pronto encuentren una vacuna y que para entonces no haya problemas". l