- Javier Landeta, proclamado el pasado 1 de marzo nuevo presidente de la Federación Vasca de Fútbol (FVF), ha visto cómo de un día para otro tiene que afrontar la que quizá sea su primera decisión de cierto calibre. El domingo recibió una llamada que no esperaba. Se trataba de Javier Clemente, el que era el seleccionador de la Euskal Selekzioa, y el de Barakaldo le comunicó que estaba negociando su regreso al banquillo de la selección de Libia, a la que ya dirigió con éxito entre 2013 y 2016, ya que, entre otros logros, conquistó la Copa de las Naciones de África de 2014, el único título que aparece en el palmarés del combinado libio, que quiere reverdecer esos laureles.

Con esta nueva aventura, Clemente deja el cargo de seleccionador vasco después de haber dirigido en dos ocasiones a la tricolor, hace dos años en Panamá (0-0) y el pasado noviembre en Ipurua ante Costa Rica (2-1), este último partido en fecha FIFA y que resolvió un gol del rojiblanco Unai Nuñez en los últimos compases del duelo.

La nueva junta directiva de la FVF presidida por Landeta debe buscar un nuevo seleccionador, aunque aún no se ha tomado una decisión y esto puede alargarse durante unas cuantas jornadas. De hecho, el presidente de la Federación Vasca había convocado a su Junta para el próximo 15 de junio, si bien la marcha de Clemente puede precipitar los hechos y acercar en el calendario el cónclave pese a que no está previsto a día de hoy. De inicio, Landeta debe cerrar la formación de su futura comisión deportiva, al mismo tiempo que en el ente federativo no quieren caer en las prisas cuando el cierre del curso competitivo está cercano en el tiempo.

Con todo, Manix Mandiola (Eibar, 1958) es uno de los nombres que se maneja como posible candidato para sustituir a Clemente, siempre y cuando el veterano técnico no encuentre un nuevo equipo después de cerrar en enero su etapa en el Numancia, en Segunda División B.

Mandiola es un entrenador con carisma en el fútbol vasco, ya que ha dirigido al Eibar, en tres etapas, Beasain, Real Unión, Deportivo Alavés y Tudelano, para hacerlo después fuera de Euskal Herria en los banquillos del Atlético de Baleares, al que estuvo cerca de ascender a Segunda, Burgos y el mencionado Numancia.