- La declaración del estado de alarma y la letra pequeña de los decretos que se puedan emitir desde este momento generan su punto de inquietud e incertidumbre dentro del fútbol no profesional, o sea el que no está integrado dentro de LaLiga y sometidos a la fiscalización del Consejo Superior de Deportes (CSD).

La Segunda División B y la Tercera División son las categorías sobre las que se pone el acento, especialmente en la primera de ellas, por la nebulosa que rodea a su definición. No es una categoría profesional en su término más estricto, pero los futbolistas de los diferentes clubes compiten con ficha profesional, por lo que se deduce que el fútbol es su profesión, con lo que entrarían dentro de la excepciones recogidas por la normativa del estado de alarma, como así lo atestiguan desde varios conjuntos vizcainos que han consultado esta disyuntiva ante la Federación Española de Fútbol, que habría asegurado la no paralización de la competición.

Real Unión y Real Sociedad B son los clubes de Gipuzkoa que militan en el subgrupo A del grupo II de Segunda B, donde también militan los vizcainos Barakaldo, Bilbao Athletic, Portugalete, Amorebieta, Leioa y Arenas, además del Alavés B y los cántabros Laredo y Racing de Santander. Equipos que pertenecen a dos comunidades autónomas diferentes, por lo que podrían entrar en colisión con la limitación de movimiento. Pero no será así, porque ejercerían su profesión, lo mismo que ocurre con los entrenamientos, que en algunos casos, por cuestión de desplazamiento, podrían producirse durante el toque de queda.