- El Eibar dejó escapar ayer un match ball por la permanencia. El conjunto armero cayó derrotado por dos goles a cero en el derbi vasco ante Osasuna, y deberá seguir en batalla para mantenerse un año más en Primera División. A falta de cinco jornadas para el final del campeonato, el colchón de los azulgranas es de seis puntos. No es mucho, pero tampoco es preocupante, vista la situación y la racha de resultados de los tres equipos que le suceden en la clasificación.

La contienda la desequilibró un hombre: Rubén García. El atacante rojillo se sacó de la chistera dos golazos con la zurda que certificaron la derrota.

Como es habitual en sus esquemas iniciales, José Luis Mendilibar volvió a realizar seis cambios en el once. Además de la ausencia del ya exarmero Orellana, el técnico de Zaldibar introdujo al campo a Oliveira, Cote, Cristóforo, Edu Expósito, Pedro León y Charles.

El partido ya arrancó del revés para los armeros. Comenzaban a sudar los futbolistas en el campo cuando, en el minuto seis, Rubén García colocaba en la escuadra un libre directo desde la frontal. Nada pudo hacer Dmitrovic para salvar el disparo del atacante de Xàtiva.

El zurdo rubricó con un precioso golpeo una buena acción de ataque con un toque de cabeza de Enric Gallego a la espalda de la defensa armera que a punto estuvo Arnaiz de aprovechar para marcar ya en esa misma jugada. Sin embargo, se le cruzaron Bigas y Correa, que fue amonestado, para derribarle justo el borde del área y evitarlo.

Pudo replicar el Eibar seis minutos más tarde, pero Pedro León no embocó el balón rematado a portería vacía, aunque ya desequilibrado por un toque previo de Sergio Herrera al intentar abortar la jugada en la que el murciano interceptó una cesión de David García a su portero. El técnico local, José Luis Mendilibar, pidió falta y tarjeta roja para el meta rojillo, pero la jugada no se sancionó.

A pesar de esa acción, la primera media hora habló mejor de Osasuna que del Eibar, que empezó con el abordaje al área visitante a partir del minuto 29. Y enganchó tres buenos disparos, todos bloqueados, de Charles, Oliveira y Edu Expósito.

Respondió Osasuna más tarde con otro fuerte disparo de Arnaiz, alto, y ya en el descuento del primer tiempo Nacho Vidal a punto estuvo de ampliar la ventaja con una volea con la que finalizó una buena contra nacida en Rubén García y conducida por Moncayola, y David García, en un cabezazo claro tras córner que se le fue a las manos de Dimitrovic. El segundo tanto sobrevolaba Ipurua cuando los dos equipos marcharon a vestuarios.

No cambiaron las cosas tras el descanso y la primera oportunidad, la única en veinte minutos, fue navarra. Un buena contra de Cardona, recién salido al campo, que no finalizó con éxito Arnaiz. Cardona robó y corrió 50 metros hasta que le apareció un compañero.

El Eibar no lograba hacerse con el partido, con Osasuna a su altura en lo táctico y en grado de agresividad. Ante esta tesitura, Mendilibar decidió mover el banquillo.

Modificaciones en el césped que no surgieron efecto, ya que seguían siendo los futbolistas osasunistas los que generaban un mayo peligro. Destacables fueron las ofensivas de Cardona y Arnaiz, dos puñales entre la defensa armera.

Precisamente, un centro de Arnaiz dio la oportunidad a Rubén García de repetir acierto en la diana. Algo que hizo más tarde en un precioso contragolpe que nació en un despeje de Moncayola. Roberto Torres cambió el juego a Cardona, este esperó la llegada de Rubén por el centro, le cedió el balón y el valenciano definió perfecto ante la salida de Dmitrovic.

Justo antes del 0-2, Sergio Herrera había impedido el empate eibartarra con una gran intervención ante un fuerte disparo de Kike García, que remató poderoso un centro lejano de Cote.

Ahí se le fueron al Eibar las pocas opciones que tuvo en un partido en el que Osasuna, además de llevarse los tres puntos, realizó un partido completo. Especialmente el goleador, Rubén García, quien, a los dos goles marcados, añadió algunos detalles de su notable calidad a lo largo del choque. La permanencia tendrá que esperar para el cuadro armero. Próxima oportunidad: Sevilla. Reto complicado, pero no imposible para los guerreros de Mendilibar.