- Luis Rubiales y Javier Tebas se han puesto de acuerdo. Se trata de un armisticio marcado por la crisis que ocasiona la pandemia del coronavirus. El presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) y su homólogo de LaLiga, respectivamente, han aparcado sus profundas desavenencias para pactar una medida de calado y que así reclamaba el estado de alarma que tiene confinada en sus domicilios a la mayoría de la sociedad, entre ellos a los futbolistas. Los dos organismos decidieron ayer, en el marco de la comisión de seguimiento dentro del Convenio de Colaboración, la suspensión sine die de las diferentes competiciones profesionales y amateurs hasta que el Gobierno central estime que el desarrollo de las mismas ya no entrañe ningún riesgo para la salud. Los mandatarios del fútbol, por tanto, se despojan de cierta arrogancia para quedar a disposición de las autoridades sanitarias y gubernamentales, lo que acentúa la incertidumbre sobre el regreso a la normalidad.

La prórroga del estado de alarma, que se mantendrá como mínimo hasta el 12 de abril, ha generado una nueva gestión en los plazos que manejaban la RFEF y LaLiga con anterioridad al anuncio de Pedro Sánchez del domingo. La noticia obligó a adelantar a ayer la reunión de la Comisión Delegada de la Federación, prevista en principio para mañana, que acordó esta suspensión indefinida de las competiciones de la mano de la patronal de los clubes, que días atrás resolvió aplazar las dos jornadas que debían jugarse después de la completada el 8 de marzo (29ª y 30º en LaLiga Santander y 32ª y 33ª en LaLiga Smartbank), tras el anuncio del Real Madrid de establecer una cuarentena por el contagio de un jugador de su plantilla de baloncesto y la posibilidad de positivos en otros clubes que después se confirmaron, como en los casos de Espanyol, Alavés o Valencia.

Los tiempos se acortan de cara al 30 de junio, fecha supuestamente tope para cerrar las competiciones a tenor de la vigencia de los contratos de muchísimos futbolistas, pero los dos organismos insisten en su intención de que las competiciones finalicen y hoy se podrían conocer nuevo indicios en función de lo que depare la reunión que celebra la UEFA. Se busca la coordinación entre las diferentes ligas y el encaje con la Champions y la Europa League, que tampoco tienen nuevas fechas después de posponer las previstas en mayo, a la hora de poder gestionar un calendario que se no descarta que podría irse hasta la primera quincena de julio, si bien son hipótesis en caso de que el Gobierno de Sánchez se viera abocado a decidir una nueva extensión del estado de alarma o a decretar nuevas medidas de movilidad que afectarían al normal desarrollo de un partido de fútbol.

La única certeza es que, a las dos jornadas suspendidas y que debían haberse disputado, se sumarán como mínimo, siempre tirando de unas previsiones optimistas, otras cuatro, con la probabilidad de una quinta, con lo que el retorno dentro de este escenario positivo no sería posible hasta el segundo fin de semana de mayo y con encuentros que deberían disputarse a puerta cerrada. "El espíritu de la Federación radica en que las competiciones finalicen, con la posibilidad de que se vaya más allá del 30 de junio. En este supuesto habría que tomar medias excepcionales en los casos de los contratos de jugadores que expiran en esa fecha para que puedan competir en julio", indican fuentes de la Comisión Delegada de la RFEF, que mantiene la incertidumbre sobre la final de la Copa que deben disputar la Real y el Athletic. Insiste, sin embargo, en que será "el partido que cierre la temporada", con lo que descartaría que se disputara en medio de las jornadas de liga que restan como se ha llegado a manejar en algunos foros.