Disfrutar de la bicicleta lo es todo para Mikel Mujika. En primer lugar, por lo que la expresión implica en sí misma: disfrutar. Y también porque competir sin presión ni expectativas de profesionalismo ha liberado al ciclista guipuzcoano del Telcom. Aterrizado el pasado invierno en la escuadra navarra procedente del filial del Caja Rural, el legazpiarra, ya en su segunda temporada en edad Elite, está encontrando este curso los buenos resultados que se le venían negando. Entrena diferente. Pero sobre todo piensa diferente. La clave está en el cambio de chip.

Cuénteme su historia.

-Terminé la temporada pasada bastante mosqueado. Las cosas no habían salido como esperaba. Llegué a pensar en que no tenía mucho más por hacer en el ciclismo. Pero familiares y amigos me animaron a continuar con otra mentalidad, sin marcarme grandes objetivos y disfrutando de las carreras.

¿Algo así como recuperar el espíritu con el que corría en el Eibar?

-Sí. El Eibar es un equipo que no suele estar entre los grandes favoritos, perfecto para que un ciclista que viene de juveniles se adapte a la categoría sub-23. Yo tuve la suerte de poder crecer allí, disfrutando como vuelvo a hacer ahora.

¿Por qué el Telcom?

-El director (Luis Vicente) Otín sabía dónde estaba y cuáles eran mis intenciones. En el filial del Caja Rural vivía con esa meta en perspectiva, conseguir subir a profesionales. Y él me comentó que en el Telcom podía empezar sin presión, corriendo solo las pruebas que yo me marcara.

Ya suma cuatro top 10 este curso, entre ellos la cuarta plaza de Aiztondo y la segunda en Laukiz. ¿Esperaba rendir así?

-Bueno, uno siempre confía en estar delante en las carreras. Sabía que podía agradecer correr sin esa obligación de tener que andar siempre al cien por cien. Lo que sí es cierto, en relación al cuarto puesto de Aiztondo, es que nunca había logrado una plaza tan buena en una carrera de la Copa de España.

¿Lo explica todo el cambio de mentalidad?

-Es importante. Y también está el tema de los entrenamientos. He empezado a trabajar con un nuevo preparador y hemos introducido algunos matices en el plan. Estamos tratando de mejorar en los esfuerzos cortos y explosivos, porque, al fin y al cabo, son los que le permiten a uno marcar la diferencia.

¿Servirán mañana en Santikutz? La carrera recupera su meta habitual en el centro de Legazpi.

-Pueden servir, pero no creo que para el final que comentas. Seguramente lleguemos todos de uno en uno. Pienso que la carrera se hará antes, en la última subida a Aztiria. Yo lo daré todo para estar en la pelea. A ver si la suerte me acompaña.

¿Puede volver a aparecer la presión por subir al pelotón profesional si los resultados le siguen sonriendo?

-No. Si surge la oportunidad, bienvenida sea. Pero no sé decirte qué decisión tomaría en caso de que me presentaran una oferta. El ciclismo es un deporte muy sacrificado y ahora mismo he encontrado una fórmula con la que me está yendo muy bien. Trabajo por las mañanas en jornada reducida, en la empresa Aldakin, en Altsasu. Entreno por las tardes. Y compito los fines de semana. ¿Que me termina llamándome un equipo profesional? Ya me lo pensaría entonces. De momento, me centro en intentar ganar mañana.

¿Cómo compagina ciclismo y trabajo?

-Como te explicaba ahora. Trabajo cinco horas por la mañana y a las 12.30 ya estoy en casa. Después de comer salgo a entrenar.

¿Inicia las sesiones cansado por la jornada laboral?

-Entregué el currículum cuando pensaba dejar la bicicleta. Y luego me llamaron cuando había decidido fichar por el Telcom. Expliqué la situación a los responsables de la empresa y me ofrecieron la posibilidad de hacer jornada reducida, además en un puesto que me permite permanecer sentado, preparando cuadros eléctricos. Empecé en diciembre y me he amoldado muy bien a esta nueva vida. Estoy contento.

la prueba

Salida. Legazpi (9.30 horas).

Llegada. Kale Nagusia de Legazpi (en torno a las 13.30 horas).

Recorrido. 154 kilómetros. La última subida a Aztiria (por Minas) se corona a solo cinco kilómetros de la llegada.

Copa de España.