La etapa inaugural de este Tour, empapada de lluvia e hidrogel, provocó infinidad de caídas y bastantes heridos de guerra. Un total de 82 ciclistas se fueron al suelo, según el recuento oficial, pero la peor parte se la llevaron Rafa Valls (Bahrain) y Philippe Gilbert (Lotto). Ambos corredores tuvieron que ser evacuados cuando la jornada ni siquiera había finalizado, el primero tras fracturarse la clavícula y el segundo tras romperse la rótula izquierda. Sin embargo, no fueron las únicas ausencias ayer porque Degenkolb, compañero de Gilbert, tampoco tomó la salida después de que los daños sufridos en su rodilla le impidieran el sábado rodar con normalidad.

Así pues, el primer contacto con la montaña sucedió sin lluvia, pero entre molestias y magulladuras. Y es que el pelotón se mostró tocado. Sin ir más lejos, nada más comenzar, David de la Cruz (UAE) se situó a cola del grupo, sin poder defender el amarillo de su equipo, puesto que tenía el sacro roto. Mientras que David Gaudu (Groupama) se quedó desde el primer kilómetro y precisó de asistencia médica, después de que se viera involucrado en el accidente final de la etapa inaugural. Afortunadamente, ambos consiguieron mantenerse vivos, al igual que lo hicieron Wout Poels (Bahrain), con una costilla rota; y Thibaut Pinot, William Bonnet y Rudy Molard (Groupama), con traumatismos en hombros y rodillas.