Era algo que podía suceder y pasó. El Toulouse se presentó en Artaleku tras dos derrotas y sin puntos en el casillero. Después de la victoria de anoche ya cuenta con dos, los mismos que el Bidasoa. Nada que objetar a ese triunfo, logrado por sus méritos y porque el conjunto guipuzcoano distó mucho de jugar como sabe. Con lo que puso ayer sobre el parqué no le alcanzó. ¿Nervios, ansiedad, inferioridad? Debía jugar muy bien para ganar. Necesitaba un partido redondo, pero falló más de la cuenta. Las citas europeas ofrecen un talante muy diferente a los de la liga. La fase de grupos de la EHF European League concede pocos espacios al error porque el margen de maniobra es pequeño. En el Grupo A, en el que están encuadrados tanto Bidasoa como Toulouse, compiten seis equipos que disputarán diez partidos. Cuatro seguirán adelante en la competición y dos quedarán apeados. Los franceses llegaban a Artaleku sin sumar nada, ya que los dos primeros encuentros los jugó lejos de casa ante los dos principales favoritos, Fuchse Berlin y Wisla Plock, frente a los que perdió con marcadores bastante apretados.

Confiarse significaba un error porque, como demostraron desde el principio, los galos, con más recursos que el conjunto de Artaleku, se comportaron como un equipo sólido en defensa y versátil en ataque. Duros de pelar desde el primer minuto. El tercer encuentro, para ellos, también les llevaba lejos de su pabellón André Brouat. El Bidasoa necesitaba ganar para situarse en una zona de relativa calma ante un rival con el que probablemente se vaya a jugar los cuartos en la última jornada de la fase.

Jacobo Cuétara pudo contar con todos sus hombres. No faltó nadie en el acta arbitral. Eneko Furundarena completó la lista y Artaleku se preparó como en las grandes noches para tratar de disfrutar de uno de esos partidos que aparecen a cuentagotas, a pesar de la hora que espanta a los niños y a sus acompañantes. El equipo saltó a la cancha demasiado agarrotado, con excesiva presión. Y eso se traduce en precipitación, errores e ineficacia. Debió de remar contra corriente, hasta tal punto que, salvo el 2-1, en el resto del encuentro nunca se puso por delante. El Toulouse se aprovechaba de ello (4-8, 8-11, 9-12) mientras el Bidasoa se esmeraba en cambiar la dinámica. Gracias a la descollante actuación del meta Sierra, el equipo se mantuvo con opciones en el partido. Estuvo cerca de ponerse por delante con un remate de Dariel (8-8), pero también paraba el meta Lettens. Con dos goles de diferencia, los de Andjelkovic se fueron al descanso (11-13) con todo por decidir.

Los primeros diez minutos del segundo tiempo, ahora con Xoan Ledo bajo palos, fueron un calco de los anteriores. El Toulouse explotaba sus armas y el Bidasoa se empeñaba en atacar de un modo que no le servía. Marcaba tres tantos en ese tiempo. No fueron más porque cometía falta en un bloqueo, fallaba un penalti y se perdía en el impecable balance defensivo del equipo que vestía de negro. Cuando parecía que el cuadro de Artaleku podía echar el guante a su oponente (12-13, 13-14), este aprovechaba la situación para poner tierra de por medio (13-16, 15-18, 18-21).

Con un gol de Xoan Ledo (19-21) y ocho minutos por delante, solo cabía apelar a la heroica. Dos tantos consecutivos de Ilic y Erik Balenziaga ampliaron a cuatro la distancia (19-23) y los sueños se fueron desvaneciendo porque el reloj caía con todo su peso. Jacobo Cuétara solicitó su último tiempo muerto tratando de que el final fuera distinto a lo que se intuía. Aunque en el segundo periodo, el resultado fue de empate (13-13), la diferencia del primero le sirvió al conjunto francés que jugó muy bien, en defensa y en ataque. El central zarauztarra dirigió el ataque con su habitual capacidad y marcó el último tanto del partido, sobre la bocina, cuando el Bidasoa trataba a la desesperada de alcanzar siquiera un empate. No le dio tiempo.

Con este resultado los dos conjuntos se igualan en la clasificación. Los irundarras volverán a la competición el proximo martes en la cancha del Winterthur suizo en un duelo que debería ganar para seguir la estela de los dos primeros clasificados