Slavko Goluza fue un jugador decisivo en la suerte del RK Zagreb. En Artaleku le conocen desde la final de la Copa de Europa que supuso un éxito inolvidable para el Bidasoa. Hace dos años volvió al pabellón como entrenador del Tatran Presov. Sigue allí, al frente del banquillo eslovaco. Desde aquel 14 de septiembre de 2019 han pasado dos años y sucedido muchas cosas. Tantas que, apenas quedan jugadores de entonces. Ayer repitieron tres. Eso sí, determinantes. Es el caso de Rabek, Recicar o Michalka. En el Bidasoa ya competían entonces, y lo hacen también ahora, protagonistas como Xoan Ledo, Cavero, Kauldi, Renaud, Azkue, Tesoriere y Matheus, algo así como un núcleo duro para quienes ayer no era extraña la visita al Tatran Handball Arena.

Por ahí, pocas sorpresas para el conjunto de Cuétara quien, obviamente, vivió aquella experiencia que concluyó con victoria visitante (23-25). Aquel partido fue dirigido por árbitros húngaros, pero diferentes a los de anoche que también eran magiares y bastante peores que aquellos. No es de recibo que a un equipo le piten doce penaltis a favor, por dos en contra. ¿Las historias se repiten? En este caso, no. Además de ese condicionante, el Bidasoa perdió (27-25) por una racha espantosa al inicio del segundo tiempo que fue decisiva en la suerte de la contienda.

Era un partido un poco a ciegas, porque se trataba del debut en competición europea, directamente en una fase de grupos y con un calendario por delante que da escalofríos. Rivales de enorme nivel en el horizonte de ambos. Tampoco esta vez, el técnico de los irundarras pudo disponer de toda su plantilla, ya que imponderables de última hora impidieron contar con Dariel García. Martín Santano y Gorka Nieto completaron la lista de 16 jugadores. Otra cosa es el estado de forma en el que se encuentran los que salen de largas lesiones. Hay jugadores que no están en su nivel habitual de juego. Sólo la competición les permitirá alcanzar el nivel esperado. Ante el Tratan hacía falta todo, porque es un equipo con la cara de su entrenador, muy lejano a serpentinas y confetis.

Basta con fijarse en el devenir del primer periodo (12-12) para entender que las defensas se impusieron con mucha claridad a los ataques. De hecho, prácticamente, los dos equipos transformaron el 50% de sus lanzamientos. El Bidasoa debió llegar al descanso con mayor premio, porque casi siempre fue por delante. Desaprovechó las oportunidades. Por ejemplo, tras una doble exclusión de Recicar y Rabek, cobro dos ventajas (5-7, 6-8) pero encajó dos goles con dos jugadores más sobre la cancha. El trabajo defensivo de los eslovacos fue intenso por el centro, pero fue en el pivote donde los irundarras encontraron la mina de oro con acertadas actuaciones de Julen Aginagalde y Ander Ugarte.

El arbitraje de los colegiados húngaros, como queda dicho, fue demasiado hogareño. Hasta seis penaltis favorables al Tatran, por ninguno a los de Cuétara en este primer periodo. Sucede que los eslovacos desaprovecharon la oportunidad de poner tierra de por medio, ya que las paradas de Xoan Ledo y José Manuel Sierra evitaron que el marcador cambiara la tendencia. Con 8-9 en el luminoso, Jacobo Cuétara solicitó un tiempo muerto tratando de que el ataque de su equipo abandonara la espesura. Fue peor el remedio que la enfermedad, porque los de Artaleku fallaron dos ocasiones seguidas y los locales cobraron ventaja (10-9) por primera vez desde el tanto inicial de Caballero, al aprovechar la exclusión de Matheus. Un tanto de Ugarte en inferioridad y un lanzamiento en apoyo de Recicar determinaron el empate al descanso.

Nada cambió al pasar por vestuarios. Al revés, las cosas empeoraron con un parcial de 6-0 favorable al cuadro eslovaco. Por momentos, nos vino a la cabeza el partido de León frente al Ademar en donde un primer tiempo aseado, dio paso a un segundo terrible. Tardó diez minutos en marcar un gol. Fue Adrián Fernández desde los siete metros. Una defensa mixta sobre Rodrigo Salinas fue clave, al igual que las paradas de Colodeti. El conquense Sergio López,quien apareció en este tramo para marcar tres tantos, dos de ellos de penalti, junto a los lanzamientos exteriores de Linhares, Souza o Caballero abrieron la brecha.

Total que con veinte minutos para llegar al final (18-13), al Bidasoa sólo le valía una sinfonía heroica. Lo intentó con todas sus fuerzas. Cuatro tantos seguidos de Leo Renaud, Xoan Ledo, Azkue y Cavero apretaron las tuercas al partido (20-19) con casi un cuarto de hora por delante. El Bidasoa volvía al partido. Cada balón era una conquista. La distancia mínima seguía vigente en los dos siguientes parciales antes de afrontar los cinco últimos minutos que iban a ser decisivos. Siguieron cayendo penaltis en el muro guipuzcoano, hecho que unido a una pérdida en el peor momento, impidieron la remontada. Hay trabajo por delante.

FICHA TÉCNICA:

(27) TATRAN PRESOV (12+15): Colodeti, Nuno Santos, Pedro Souza (5, 2p), G. Linhares (4), Kasatkin (1), Michalka (1), Pavel Caballero (5, 1p) -siete inicial- Leben (ps), Oliver Rabek (3, 2p), Tomas Fech (1), K. Radcenko, Recicar (1), J. Kravcak, Sergio López (6, 3p), A. Radcenko y V. Kuran.

(25) BIDASOA IRUN (12+13): Xoan Ledo (1); Cavero (2), Zabala (1), Rodrigo Salinas (2), Leo Renaud (2), Matheus, Tesoriere -siete inicial- J.M. Sierra (ps), Martín Santano, Kauldi Odriozola (2), Julen Aginagalde (5), Ander Ugarte (3), Jon Azkue (2), Adrián Fernández (3, 1p), Víctor Rodríguez (2), Gorka Nieto,

Árbitros: Peter Horvath y Balasz Martín (Hungría). Exclusiones de Linhares, Recicar, Rabek, Kasatkin por el Tatran; Tesoriere (2), Matheus, por los irundarras

Marcador cada cinco minutos: 2-2, 3-5, 5-6, 7-9, 8-9, 12-12 (descanso) 16-12, 18-13, 20-18, 21-19, 22-21, 27-25.

Árbitros: Krovath y Marton (Hungría). Excluyeron a Recicar, Rabek, Kasatkin, Tesoriere (2) y Da Silva.

Incidencias: Tatran Handbal Arena, muchos asientos vacíos. En torno a unos 376 espectadores.