BIDASOA-IRUN J.M. Sierra; Cavero (2), Crowley (6), Racotea (2, 1p), Iker Serrano (2), Jon Azkue (3, 1p), Rodrigo Salinas (6) -equipo inicial- Xoan Ledo (ps), Tesoriere (1), Bonanno, Julen Aginagalde (2, 1p), Matheus da Silva (1), Martin Santano (1), Gorka Nieto (1), Tao Gey y Julen Urruzola.

ANAITASUNA P. Bols; Ibai Meoki (2), Ander Torriko (5), Héctor González (1), Carlos Chocarro, G. Fischer (1), Ander Izquierdo (2, 1p) -equipo inicial- Marcos Cancio (ps), Alvaro Gastón (1), Edu Fernández (4), Ganuza (1), X. Etxeberria (1), Mikel Redond (3), Aitor Albizu, Juan del Arco (4) y Dashko.

Marcador Álvarez Mata (Comité vasco) y Bustamante López (Comité navarro). Exclusiones de Racotea, Bonanno, por los irundarras; Fischer, por los navarros.

Árbitros 1-1, 3-2, 6-5, 8-6, 10-19, 13-10 (descanso), 17-13, 19-15, 20-18, 22-19, 24-19, 27-25.

Incidencias Polideportivo Artaleku, sin espectadores en un encuentro correspondiente a la 21ª jornada de la Liga Asobal.

- No cabía pensar en otra cosa. Si habitualmente los partidos entre irundarras y navarros suelen ser muy disputados, más allá de los puestos que ocupen en la clasificación, era previsible que ante las notables ausencias del cuadro local, el encuentro fuera más complicado aún para las huestes de Jacobo Cuétara. Ausentes Sergio de la Salud, Zabala y Kauldi Odriozola, con Julen Aginagalde cogido con pinzas, el asunto pintaba complicado. Cierto es que la ausencia de un jugador como Antonio Bazán en el muro de Anaitasuna impedía a los visitantes disponer de la importante aportación del pivote.

Quizás, porque las circunstancias lo exigían, ambos equipos se emplearon mucho y bien en defensa. Para el Bidasoa llegar al descanso con tres tantos de ventaja (13-10) era un premio al trabajo en las dos áreas, pese a que los blanquiverdes no concedían casi nada en la línea de seis metros. Ese fue el lugar que los irundarras eligieron para percutir la meta de Bols. La intensidad de ambos 6-0 no concedía mayores opciones. Pasado el primer cuarto de hora llegó el primer contraataque amarillo que Crowley supo resolver con acierto. Hasta entonces era una misión imposible. Seguido, el Bidasoa recuperó balón y un pase de Rodrigo Salinas lo aprovechó Matheus para protagonizar la segunda contra del equipo, marcar un gol el día de su vuelta tras lesión, y conseguir la mayor ventaja del partido hasta entonces (8-5). Los mismos tres goles que figuraban en el marcador en tiempo de descanso.

El cuadro visitante, al que le costaba mucho percutir en el muro guipuzcoano, entendió que debía mover rápido el balón, con cruces y contracruces que permitieran encontrar el espacio para el lanzamiento. Desde fuera llegaban la mayor parte de los tantos navarros con protagonismo para Torriko, Ander Izquierdo, Juan del Arco, Meoki o Edu Fernández. Los aciertos del meta Sierra, y alguna pérdida en pases y manejo del balón, les penalizaron hasta llegar al descanso con un 13-10 en contra que reflejaba con claridad el poderío defensivo de los dos conjuntos.

Era previsible que esa intensidad defensiva cediera, porque conlleva un enorme esfuerzo físico. Para demostrarlo, en cinco minutos subieron al marcador cinco tantos y se abrió la puerta a un partido diferente. Bidasoa alcanzo cinco goles de ventaja en varias fases del primer cuarto de hora (17-12, 19-14, 20-15), pero un parcial de 0-3 para los de Quique Domínguez redujo la ventaja. Cuétara solicitó un tiempo muerto para tratar de evitar que el equipo se perdiera y echara por tierra el esfuerzo que le había llevado hasta ese punto de cómodas rentas. Quedan quince minutos por disputarse. En ellos, Bidasoa vuelve a cobrar ventaja gracias a una racha en las dos áreas (23-19, 24-20), pero Anaitasuna va a pelear, como siempre, hasta el último balón. Disfruta con los finales apretados en los que sabe manejarse y sentenciar más de una vez. Modificó su esquema defensivo (3-3) en la primera oleada del ataque local para luego replegarse. Ahí no se descompuso el Bidasoa y con los últimos remates de Azkue, Salinas, Julen y Crowley terminó por llevar la nave a buen puerto, pese a los últimos latigazos del zumaiarra Torriko o del joven extremo Mikel Redondo.

El Bidasoa sale con nota de un compromiso nada fácil. El técnico les pidió un plus para, entre todos, repartirse las cargas derivadas de la ausencia de varios compañeros. Misión cumplida. El valor de los puntos a estas alturas de la temporada cobra más importancia. La consecución de los mismos le permite mantenerse en el segundo puesto de la tabla, a la espera de un encuentro de alto voltaje el próximo fin de semana en la cancha del Bada Huesca, el llamado equipo revelación de la temporada. Luego, llegará la Copa y quizás se puedan ir recuperando jugadores para esos compromisos. La presencia de los jóvenes canteranos y su contribución al juego del equipo constituye también una buena noticia.