Anochece en Donostia y decenas de corredores salen de casa en pantalón corto y zapatillas, enfilando la Avenida de Tolosa en dirección al paseo de La Concha. Concluidas sus respectivas jornadas laborales, se disponen a prepararse para la reina de las populares, mediante una puesta a punto que , quizás no sepan, debe resultar multidisciplinar. Atendiendo a lo físico, por supuesto que sí. Pero sin descuidar tampoco lo preventivo, lo técnico o lo psicológico. Mientras la ciudad se ve salpicada de runners aquí y allá, los atletas que acuden a la oficina de RZ&Run Health, en el barrio de El Antiguo, ya han hecho sus deberes del día, y buscan adoptar un punto de vista más integral sobre lo que les aguarda este próximo domingo. Durante 45 minutos de charla, escuchan en silencio y con suma atención a Sergio Román, un veterano con 21 Behobias a sus espaldas.
Los entrenamientos: evitar el asfalto
Para disfrutar de la carrera, es requisito indispensable conseguir plantarse en la salida. Es decir, no lesionarse durante la época de entrenamientos. A este respecto, Román lanza a su audiencia una primera gran recomendación. “Siempre que podamos, debemos buscar superficies más amables para nuestras sesiones. Aunque ahora el Miniestadio de Anoeta se encuentra en obras, su pista de césped artificial resulta idea. Y también podemos correr en parques con zonas de piedra o gravilla, donde cada pisada siempre se ve un poco más amortiguada. Si entrenamos única y exclusivamente sobre asfalto, mientras, el riesgo de lesión se multiplicará, porque el impacto es mucho más agresivo”.
A efectos de esto último, de los impactos, Sergio recalca la importancia de las zapatillas, el elemento que los absorbe. “No hay una cifra concreta de kilómetros recorridos para jubilar nuestro calzado. Dependerá del tipo de zapatilla, del uso que le hayamos dado y de nuestra técnica de carrera. Lo que sí está claro es que hay que saber tirar a tiempo unas zapatillas ya amortizadas, y a esto le añado la opción de dar una segunda oportunidad a aquellas con las que no nos sentimos cómodos. No las echéis a la basura. Dejadlas aparcadas un tiempo y volved a utilizarlas. Es posible que ya se os adapten mejor”.
Correr 'bien': claves técnicas
Tras las lesiones más o menos recurrentes que sufren los atletas no se hallan únicamente las superficies de entrenamiento o malos usos de zapatillas. La técnica de carrera también puede implicar peligros si no se cuida según lo debido, dentro ya de un amplísimo mundo de análisis que Román simplifica para los asistentes a su charla. “La forma ideal de correr es con el tronco ligeramente inclinado hacia adelante, para que las zancadas nos impulsen y no nos frenen. Muchos corredores tienden a lanzar zancadas demasiado largas, su pie impacta con el suelo demasiado delante y el cuerpo absorbe esa especie de golpe demasiado retrasado. Para trasladarlo de nuevo por delante de ese pie deben trabajar zonas a las que exigimos mucho y que pueden acabar lesionándose. Lo ideal, como digo, es inclinar el cuerpo hacia delante. Y lo contrario, lo que debemos evitar, es correr como sentados, exigiendo demasiado a nuestro cuerpo y a nuestras piernas”.
El cuidado de todos estos aspectos tiene que ir acompañado, explica el propio Román, del llamado entrenamiento invisible, el descanso y la alimentación. El veterano atleta hace hincapié en dormir bien por las noches, “porque es lo que nos va a permitir regenerar y volver a la carga al día siguiente”. Aboga por “cenar pronto, dejar de consultar el móvil en las dos horas previas a acostarse y dejar ese teléfono fuera de la habitación”. “A la gente le puede costar hacerlo, pero es lo recomendable”.
El día de la Behobia: "Meter gasolina"
La Behobia no es una carrera cuya salida se dé muy temprano, como puede suceder por ejemplo con los maratones. Y esto facilita cumplir con uno de los rituales que Sergio recomienda, “desayunar tres horas y media antes de la competición”. “No creo que a nadie se le ocurra presentarse en Behobia en ayunas, pero sí hay gente que acostumbra a entrenarse sin haber tomado nada antes. Yo siempre digo que algo de gasolina hay que meterle al cuerpo, porque luego vas muchísimo mejor, sobre todo cuando tienes que abrir gatillo. Para los días de competición, por ejemplo, yo siempre tomo un poco de arroz blanco, una tostada, un plátano y un café con leche”.
Sea como sea, al cuerpo hay que acostumbrarle durante toda la preparación, algo aplicable al desayuno previo y también a otras circunstancias como la ropa. “En los entrenamientos previos más importantes debes ensayar también ciertas cosas que harás el día de la Behobia. Esto se aplica al tipo de comida que vayas a tomar en la mañana de la carrera, y también a la ropa, sobre todo al calzado. En la Behobia no debes estrenar camiseta, pantalones o calcetines. Y menos aún zapatillas, porque lo puedes pagar muy caro, durante la carrera y también después de la misma”.
El 'durante': vivirla y disfrutarla
Tras cruzar la línea de salida, llegará este domingo el momento de disfrutar la Behobia, algo que Sergio Román lamenta no haber podido hacer todavía. “Es lo que tiene ir al límite. Mi mujer y mis hijas siempre iban a animarme, pero yo en Donostia ya las veía borrosas”. El bagaje del corredor hernaniarra choca con sus recomendaciones. “Yo siempre le digo a la gente que la Behobia hay que vivirla y disfrutarla por lo menos una vez en la vida. Y yo espero hacerlo así en un futuro, olvidándome del reloj y empapándome del ambiente en carrera”.
Román, un habitual en pruebas de pista y de cross, recalca a su audiencia que la Behobia nunca terminará de seducir a “los puristas” del atletismo. “Su recorrido es feo. No se trata de una gran carrera de élite. Y además la distancia nunca ha resultado fija, varía según las ediciones, lo que no facilita que haya una referencia respecto a las marcas. Sin embargo, el ambiente resulta impresionante, y esto es lo que la hace especial”.
La psicología: hay que creérselo
Público, aplausos, ánimos... El contexto de la Behobia hace de esta una carrera diferente. Pero tampoco nos engañemos: a uno u otro nivel, con objetivos más o menos modestos, todo aquel que la disputa tiene una marca en su cabeza. En este sentido, Sergio Román lanza un aviso a navegantes. “El atletismo no es fútbol, un juego este en el que puedes conseguir más de lo que mereces. En el atletismo no. En el atletismo siempre vas a lograr lo que mereces y un poco menos. A partir de ahí, eso sí, yo siempre le digo a la gente que hay que creérselo y saber sufrir en esos momentos complicados para agarrarse a la carrera. Si te preparas para ello y visualizas el momento, cuando llegue vas a saber gestionarlo mejor y podrás darle la vuelta a la situación”.
Toda ayuda es poca para alcanzar el Boulevard y experimentar allí lo que Sergio Román denomina “los quince segundos mágicos”. “Yo entreno, corro y compito para poder vivirlos después de las carreras. Me suponen una sensación de plenitud, de subidón... Ojalá esos quince segundos resultaran inyectables en otras personas. Si así fuera, todo el mundo se animaría a competir. Son momentos indescriptibles. Yo se los trato de explicar a mi mujer y no me entiende. Insisto en que deberían ser inyectables”.
El post: a por nuevos objetivos
Cada corredor es un mundo y este lunes los habrá más o menos satisfechos con lo vivido la víspera. Sin embargo, Sergio anima a “relativizar” las sensaciones negativas que puedan existir y subraya la importancia de marcarse nuevos objetivos para seguir entrenando. “Debes gestionar todo lo ocurrido, mantener la motivación a futuro y encontrar razones para seguir corriendo. Llegar a viejo entrenado es una inversión que va más allá de lo deportivo y que atiende a lo vital: es buenísimo para la salud. Todos tenemos nuestras etapas en la vida, nuestras circunstancias, nuestros horarios... Pero miente quien diga que no tiene tiempo para correr. Siempre lo hay. Y esto lo dice un atleta como yo que, cuando sus hijas eran pequeñas, bajaba en chándal por las noches a echar la basura para poder hacer algo de deporte. Practicarlos es fundamental y una de las tres patas que a mí me aportan equilibrio: trabajo, familia... y zapatillas”.