Un siglo, tres generaciones
16 nietos, biznietos y tataranietos de Juan Manuel Azpiroz, ‘Aiako Txikia’ , ganador de la Behobia en 1924, conmemorarán el centenario participando en la presente edición
“Hace unos años, no se sabe muy bien cómo”, el urretxuarra Jon Mikel Irigoras Azpiroz supo que su aitona Juan Manuel Azpiroz, Aiako Txikia, fue el ganador de la Behobia-San Sebastián en 1924. “Enseguida pensé en el centenario de su victoria y comenté a los de la cuadrilla que en 2024 correría la prueba, a modo de homenaje. ¿Que cómo se lo tomaron? Pues ya sabes cómo son estas cosas. Empezaron a hacerme bromas: que si me había vuelto loco, que si me estaba viniendo muy arriba...”. No consiguieron, en cualquier caso, hacer renunciar a un Irigoras que, sólo meses más tarde, expuso su idea durante una comida de primos. “Lo dije, pero ahí se quedó el tema”.
Pasaron los años. Sin novedades respecto al asunto. Hasta que la iniciativa tomó forma durante una nueva comida de primos, esta ya con la apertura de inscripciones para la actual edición a la vuelta de la esquina. “Salió de nuevo el asunto. Y recuerdo que un familiar cogió una servilleta para hacer una lista con los que estábamos dispuestos a participar. Fue como lo de aquel primer borrador de contrato que firmó Messi con el Barça”, indica entre risas Jon Mikel. La relación de valientes quedó compuesta por seis corredores, todos nietos de Aiako Txikia: Iñaki Ibarbia Azpiroz (62 años), el propio Jon Mikel (53), Ainhoa Azpirotz Eizmendi (50), Jaione Azpiroz Eizmendi (47), Aitor Azpiroz Eizmendi (45) y Jon Azpiroz Eizmendi (45). Ninguno de ellos imaginaba, cuando se apuntó de forma virtual para la Behobia, que tendrían compañía en el día D. Una joven compañía.
Conociendo familiares
“Desde aquel día nos fuimos juntando de vez en cuando para entrenar y la iniciativa empezó a coger otra dimensión. Nos hicimos unas camisetas y además se nos unieron dos generaciones más. Está siendo bonito y muy agradable. Ya te digo que teníamos la costumbre de reunirnos los primos para hacer una comida, pero con esto de la Behobia estamos viendo también a familiares a los que no conocíamos”, explica Irigoras en referencia a hijos de esos propios primos que se han animado igualmente, en el número de seis: Ibai Ropon Ibarbia (34 años), Aimar Esteban Ibarbia (22), Nerea Esteban Ibarbia (19), Ibai Azpirotz Huegun (16) y Ekhi Susperregi Azpiroz (16). Son biznietos del ganador centenario y el domingo se calzarán todos las deportivas, mientras que la tataranieta Jare Urkola Ibarbia (17) cambiará zapatillas por patines.
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Hablamos en total de doce participantes, 16 si contamos a los más pequeños de la saga. Aratz Azpirotz Huegun (13), Peru Azpiroz Serrate (12), Hegoa Azpirotz Huegun (10), y Udane Azpiroz Serrate (9), todos biznietos, tomarán parte este sábado en la Behobia Txiki, completando el cuadro de una familia sumamente deportista. “Sí que tenemos cierta tradición. Iñaki Ibarbia, el más veterano del grupo, tiene mejor marca que nuestro abuelo. Este ganó la Behobia de 1924 con un tiempo de 1h14:22, e Iñaki hizo en su día 1h05. Su hija Aitziber ha participado a muy buen nivel en carreras de montaña. Y entre todos nosotros, más allá de que alguno también ha participado alguna vez en la prueba, de forma aislada, a todos nos gusta hacer ejercicio. Yo mismo era más de bicicleta, pero la verdad es que corriendo me estoy encontrando muy a gusto”.
Desde distintos puntos
Más allá de las bondades que implica inculcar la práctica deportiva a las nuevas generaciones, Jon Mikel destaca lo que toda esta iniciativa está significando a nivel familiar. La mencionada comida de primos significaba una forma de mantener la relación entre los miembros de una misma generación. Ahora los nexos, sin embargo, se están viendo multiplicados, sin casi importar las distintas procedencias de cada familia. “El abuelo, como indica su apodo de Aiako Txikia, era de Aia. Sin embargo, luego nuestros padres y madres se fueron moviendo y hoy es el día en que estamos instalados en otras localidades. ¿Cuáles? La mayoría viven en la costa o cerca de ella: Zarautz, Usurbil, Lasarte, Zizurkil... Yo en cambio vivo un poco más lejos, porque mi madre se vino en su día a Urretxu y soy de aquí”.
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No será del todo fácil identificar este domingo, a pie de carretera, a los integrantes de este grupo familiar de atletas. Correrán por separado, no juntos, y portarán unas camisetas de color blanco o negro cuyo elemento más distintivo figurará en la espalda. “Se trata de la foto de la victoria de Aiako Txikia en 1924, a su llegada al Boulevard. Como tenemos que llevar el dorsal en la parte frontal, no queríamos tapar la imagen y por eso la hemos puesto atrás. Delante, a modo de escudo, llevamos unas alpargatas y una especie de medias con las que corría mi abuelo. Resultan muy curiosas, vistas hoy día. Supongo que en la época serían más habituales”, explica Jon Mikel Irigoras.
El urretxuarra atiende la llamada de este periódico tras pasar por el masajista y ultimar detalles de cara al gran día. Sólo queda ya que la meteorología respete el domingo, aunque esta es una circunstancia que va por gustos. “Ya sé que dicen que el calor no es bueno para correr esta carrera, pero yo me he encontrado bien con las temperaturas de estas últimas semanas. Más respeto le tengo al agua y al frío”, comenta de cara a una experiencia que no descarta repetir. “No sé qué opinarán los demás, pero ya te he dicho que me estoy encontrando muy bien y no descarto participar también en el 101 aniversario de la victoria de mi abuelo”. Para eso habrá que aguardar a 2025. De momento, podemos dar ya por seguro que la Behobia y su historia han propiciado en 2024 un muy bonito relato familiar.