Con la desaparición de Iñaki de Mujika, el periodismo deportivo vasco y el periodismo deportivo en general pierde a uno de sus referentes. Fue un hombre que defendía los valores más humanistas, por eso era un intelectual, y porque además dominaba a los clásicos, era un hombre de una vastísima cultura. Encarnaba todos los principios éticos aplicados al periodismo deportivo. Era un excelente contador de noticias, pero también era alguien de quien se valoraba su discreción, su silencio en las confidencias de tantos y tantos deportistas.
También fue un gourmet clásico, nada de grandes innovaciones, y disfrutaba de este tipo de cuestiones.
Su acendrado irundarrismo le llevó a ser presidente del Real Unión entre 1979 y 1983, en una época compleja. Él cimentó el futuro del club.
Como narrador de la Real Sociedad fue irrepetible, por su propia condición: conversador, culto, ameno, contador de noticias de una manera distinta e irrepetible… Ha encarnado el periodismo deportivo contemporáneo, como ha titulado NOTICIAS DE GIPUZKOA. Es una gran pérdida para el periodismo deportivo y para el deporte en general.
Era un irunés hasta la médula y un hondarribiarra hasta el tuétano. Era defensor de su Real Unión de su Real Sociedad y de su Club Deportivo Bidasoa, al que amaba profundamente, y también de la Ama Guadalupekoa, a la que tanto quería. Una referencia, una pérdida para el deporte guipuzcoano y para la intelectualidad. Era un intelectual del deporte.