-Tras tres tutoriales que a modo de reportajes periodísticos ha desarrollado en estas páginas de Desveda el adiestrador Víctor Martínez Esandi en torno a formación del perro de caza, desde las premisas y la obediencia como aspectos básicos para dar paso al adiestramiento avanzado o específico, el artículo que cierra el ciclo está enfocado hacia a la actividad cinegética propiamente dicha.

Tras abordar esas cuestiones previas, Esandi considera que "es el momento dar importancia a la preparación física del perro de cara a la media veda", sobre todo, "teniendo en cuenta la época en la que estamos. Lo que no podemos hacer, de ninguna manera, es esperar a última hora para que nuestro compañero esté a punto".

Un mal estado físico del perro puede devenir en colapsos e incluso puede producir su muerte "ya que él desconoce sus límites y siempre va a dar lo máximo", subraya el adiestrador, que reitera la conveniencia de ir preparándolo para que se adapte al medio y a las condiciones en las que va a desarrollar su terea.

Sin embargo, Esandi lamenta que la normativa vigente impida a los propietarios entrenar libremente a sus compañeros. "Por desgracia, los perros de caza están maltratados por el Gobierno porque, prácticamente, no pueden salir a hacer ejercicio ya que las zonas delimitadas son muy pequeñas y en muchos casos inexistentes. Y quienes hacen caso omiso de esas prohibiciones y no lleven al perro atado, afrontan el riesgo de tener que hacer frente a multas bastante importantes".

"Tener que llevar al perro atado resulta contraproducente para que se desarrolle en plenitud, ya que estamos hablando de un deportista nato al que se le impide hacer deporte, a pesar de que es absolutamente necesario ponerlos en forma". Con esa finalidad es imprescindible buscar zonas que estén habilitadas para la ejercitación o, en el caso de que no exista esa posibilidad "se deberían crear en los cotos zonas de adiestramiento a las que los cazadores tienen derecho", recuerda Esandi.

Esandi destaca de la fase preparatoria previa al inicio de la media veda que "lo que no sirve para nada es realiza paseos de una hora con el perro atado a la correa, porque esa situación no le genera ningún beneficio a nivel físico. Es necesario buscar espacios en lo que pueda correr en libertad para adquirir tono físico, aunque también puede ser un recurso que el cazador le acompañe montado en bicicleta".

Este modo de preparación es una excepción que permite llevar atado al perro y aunque "puede ser visto por algunos animalistas como un modo de maltrato, esa percepción está totalmente alejada de la realidad". Sostiene que esa ejercitación "es totalmente válida y, por supuesto, beneficiosa para su preparación"

El buen estado físico del perro resulta "fundamental a todos los niveles, porque su problema radica en que va a dar de sí todo lo que tiene, pero sin tomar ningún tipo de precaución, hasta el punto de que en los primeros días de la media veda su organismo puede llegar a colapsar debido a una escasa forma física, al exceso de calor, al agotamiento físico... que pueden llevarle incluso hasta la muerte".

Para evitar llegar a ese tipo de situaciones extremas, el adiestrador considera necesario "llevar a cabo un entrenamiento físico, pero hacerlo con cabeza. Y eso supone acometer la preparación de forma progresiva y adoptando una serie de precauciones". Hay que evitar los contratiempos propiciados por el calor durante las primeras jornadas preparatorias, "porque no está acostumbrado a las altas temperaturas, pero incluso si ya está acostumbrado, hay que hidratar al perro durante los primeros quince minutos de ejercicio".

La importancia de proporcionar agua al inicio de la ejercitación "es vital, porque si esperamos a que se esté tumbando por las sombras con toda la lengua fuera, lo único que vamos a lograr es llenar de agua su estómago sin que su organismo pueda aprovecharlo para hidratarse de una forma inmediata. En esa situación se corre el riesgo de provocarle una torsión de estómago". Por el contrario, si se le proporcionan pequeñas cantidades de manera continuada "al cuerpo la da tiempo para hidratarse y se evitan los colapsos por golpes de calor".

Para comenzar esta fase de preparación es conveniente que se inicie realizando ejercicios en los que vemos que el perro se activa. "Durante aproximadamente media hora, lo soltaremos para que realice carreras, y suele ser adecuado proporcionarles de vez en cuando algo de caza, una paloma, una codorniz,... ".

Este ejercicio tiene la finalidad de poner su nariz en un óptimo nivel de funcionamiento, porque después de tantos meses de inactividad su olfato tiene que situarse al nivel que se espera de él. "Cuando llega la media veda tras estar meses en paro, el perro tiene la nariz sucia, por lo que es conveniente alternar la preparación física con el trabajo con piezas de caza. De esa manera, limpiará su olfato y lo tendrá en perfecto orden de funcionamiento".

Una última recomendación que realiza el experto antes de que comience la media veda, es la pertinente visita al veterinario. "Se lo recomendaría a todos los cazadores para que les prepare un pequeño botiquín de emergencias, en el que deberían incluirse productos para paliar los golpes de calor, las picaduras de insectos o víboras o para envenenamientos, con el objetivo de sacarnos de un apuro y que nos dé tiempo a llevar a nuestro perro al especialista". De hecho, subraya, "es el veterinario quien ofrecerá un mejor asesoramiento respecto a las precauciones a adoptar".l

Esandi insiste en la necesidad de llevar a cabo la preparación del perro de forma progresiva y evitando las altas temperaturas