Ocho Ligas ha ganado el Super Amara Bera Bera en los diez últimos años. Y en todas ellas un nombre común: el de la capitana Alba Menéndez. A sus 30 años, el palmarés de la zarauztarra en el torneo de la regularidad impresiona. La primera fue en Castro Urdiales allá por 2013. Entonces June Loidi tenía 13 años. Ahora, a los 22, puede decir que ya tiene una Liga Guerreras Iberdrola en el bolsillo. Ambas conversaron ayer con NOTICIAS DE GIPUZKOA 24 horas después de proclamarse campeonas en Gijón. La sonrisa puede con las pocas horas de sueño.

"Hace unos años ni hubiera pensado estar en un equipo que pudiera ganar la Liga", reconoce la elgoibartarra, que jugó tres años en el Zuazo antes de fichar el pasado verano por el Super Amara: "Estoy que no me lo creo aún. Creo que seré más consciente cuando recibamos el trofeo y lo celebremos en condiciones".

"Sí, eso es, seremos más conscientes cuando lo celebremos en el Gasca", comenta Menéndez. Se refiere al día 20, cuando el conjunto guipuzcoano recibirá al Morvedre, un partido en cuyos prolegómenos recibirá el trofeo que le acredita, de nuevo, como campeón de la Liga Guerreras Iberdrola. ¿Las ocho son iguales para Alba? "Cada Liga es distinta", responde la lateral de Zarautz, "pero la primera siempre se te queda marcada. Si me preguntas cómo fue la segunda Liga, ni me acuerdo, pero de la primera sí. Te quedas con la primera y con la última". Lo que también tiene claro Menéndez es que la Liga es "lo que marca el trabajo de todo el año, la regularidad, ser constante, entrenar cada día".

De las ocho Ligas, esta última ha sido la más cómoda, si se puede decir así, ya que el Super Amara la ha ganado con tres jornadas de antelación. "No ha sido tan fácil como puede parecer", se apresura a decir Loidi: "Ha habido partidos en los que hemos sufrido, hemos tenido que trabajar mucho". "Nos ha costado", añade Menéndez. "Es verdad que en algunos partidos contra rivales directos hemos ganado con diferencias amplias, pero ha habido partidos, también contra rivales de abajo, que nos han costado".

El arrollador triunfo ante el Gijón (tercer clasificado liguero) y el consiguiente título llegaron apenas ocho días después de la decepción de la Copa, con una derrota en las semifinales contra el Guardés que aún duele. "Teníamos esa espina", dice Loidi. "Más bien una herida grande", matiza la veterana, sin poner paños calientes. El gran objetivo era ganar la Copa delante de todo el público guipuzcoano en Illunbe, pero no pudo ser. Sin embargo, unos días después esas mismas jugadoras fueron capaces de cambiar el chip, recomponerse y jugar "muy bien" para atar la Liga, lo que evidencia el carácter ganador del Bera Bera. "Digamos que nos lo tomamos como esa final que no pudimos jugar. Estuvimos enchufadas de principio a fin y queríamos ganar para ser campeonas cuanto antes", comentan.

"LO DE LA COPA DOLIÓ"

Lo cierto es que el Super Amara ha ganado tres Ligas consecutivas en otros tantos años y, en ese mismo periodo de tiempo no ha jugado ni una final de Copa. El contraste llama la atención. "Ojalá saber el motivo", dice Menéndez: "No sé la razón. La igualdad es máxima y a un partido es cuando más se nota esa igualdad. En eliminatorias a cara o cruz tienes menos margen de error y, cuando ves que se acerca el final del partido y vas por debajo, te entra más agobio que en la Liga, donde tienes ese margen de que la próxima jornada tienes otra oportunidad".

"Nos dolió. El sábado, cuando perdimos contra el Guardés, igual no tanto, pero el golpe fue el domingo, cuando fuimos a ver la final desde la grada", señala Loidi, que reconoce que la Copa en Donostia era una fecha "marcada en rojo en el calendario". "Igual tuvimos un poco de miedo de ver tanta gente en Illunbe", admite Menéndez, quien quiere aclarar, eso sí, que el público "estuvo increíble". Esa elevada presencia de aficionados -entre 2.500 espectadores y 3.000 de viernes a domingo- es "lo positivo de la Copa". "A nivel deportivo no conseguimos lo que queríamos, pero vino mucha gente a ver balonmano y eso es algo que puede quedar para los próximos años".

Con un palmarés labrado en quince años, que incluye, además de ocho Ligas, seis Copas y siete Supercopas, en el Super Amara Bera Bera solo vale ganar. "Nos gusta ganar todo", reconoce Menéndez: "Sabemos dónde estamos, es un club que opta a todo. Las que llevamos años aquí queremos seguir ganando y las nuevas vienen a intentar conseguir títulos. Entre todas nos retroalimentamos y queremos seguir ganando". Un espíritu que ha calado rápidamente en Loidi: "Cuando fiché, me encontré lo que me esperaba, mucho trabajo con el objetivo de ganar títulos. Este año hemos tenido la recompensa de la Liga".

¿Y cómo es el vestuario de un equipo al que solo le vale ganar? "Bueno. Algunas más complicadas que otras, pero en general se comportan bastante bien", bromea la capitana, que además es la más veterana del grupo a sus 30 años. "No me siento tan veterana. Cuando yo llegué con 17 años, había jugadoras más veteranas como Tati Garmendia o Esme López, con más de 30 años. Ahora la tónica general en los equipos de la Liga es que son más jóvenes. Ya llevo años en el equipo de futbito de las mayores (el equipo suele calentar en los entrenamientos jugando una pachanga de futbito)", tiene que admitir Menéndez, "pero me siento joven".

"El vestuario es muy bueno. Yo soy la más joven, pero me sentí muy arropada desde el principio", dice, por su parte, Loidi: "Venía también de un equipo joven y me he encontrado con un ambiente parecido".

EL RETO DE EUROPA

La competición europea es el otro frente habitual del Super Amara, que este año logró eliminar al poderoso París para caer en la siguiente ronda ante otro rival muy fuerte, el Valcea rumano, por lo que quedó fuera de la fase de grupos de la Liga Europea (EHF), un objetivo ambicioso que se le suele resistir.

"Hasta que no jugamos la fase de grupos hace cuatro temporadas no éramos conscientes de que podíamos estar ahí", comenta la capitana, "pero nos vemos con opciones de conseguirlo. Alguna vez hemos hablado en el club de jugar la Challenge (una competición europea de una categoría menor), porque así podríamos llegar más lejos, pero cuando juegas una fase de grupos de la EHF, quieres volver ahí. El objetivo es intentar llegar de nuevo ahí. Es difícil porque son rivales muy buenos, pero yo me veo en esa pelea".