- Endika Barrenetxea se impuso 24-30 a Javier Urriza en la gran final del Torneo Individual de Remonte-Gran Premio Kutxabank y se proclamó por segunda vez campeón en el campeonato más importante de esta modalidad.

El zaguero de Hernani superó al favorito y siete veces campeón, Urriza, sobre todo en el peloteo y no dejó al delantero de Pamplona estar cómodo sobre la cancha en ningún momento. A pesar de empezar a ganar 5-0, Barrenetxea se rehizo y mostró su mejor versión ante un rival que no podía contrarrestar la velocidad de pelota del ganador.

La final gustó, no fue muy peloteada, pero con el saque tampoco hubo apenas tacadas y se vieron tantos de mucho mérito con jugadas bonitas sobre todo por parte de Barrenetxea.

El partido comenzó con Urriza enchufado y sacando muy bien. Una falta de saque de Barrenetxea, otro fallo en un peloteo largo y tres tantos de saque de Urriza pusieron el 5-0 en el marcador. Los aficionados temían que no hubiera final, pero el hernaniarra se encargó de que eso no fuera así. Cortó la recha del delantero de Iruñea y en el 5-1 llegó el tanto más polémico del partido. Barrenetxea sacó cortó y la mayoría de espectadores y el propio Urriza pensaban que había sido falta. El juez delantero dio bueno el saque ante la perplejidad de Urriza y el 5-2 subió al marcador.

Es difícil cuantificar lo que afectó esa decisión a Urriza, pero Barrenetxea empezó a sudar y a quitarse los nervios. Otro tanto de saque y una dejada preciosa ponían el 5-4 en el marcador y comenzaba un nuevo partido. Urriza mantuvo la delantera hasta el 8-7, aunque la final había tomado una dirección ya favorable para el remontista que vistió de azul.

El campeón de 2019 empezaba a dominar sobre todo en el peloteo y la pelota le salía con una frescura llamativa por la cesta. Urriza trataba de defenderse, pero muchas veces se veía atropellado por la velocidad de pelota de Barrenetxea, que cogió el mando del partido en el 8-9 y no lo abandonó ya jamás salvo en el empate a ocho y en el empate a nueve.

La final cogía temperatura y el tramo más igualado dejaba a los dos pelotaris 13-15 cuando se sentaron en las sillas para tomar el primer descanso. Habían dado 100 pelotazos y las espadas estaban en todo lo alto.

Los consejos de Aritz Zubiri y el buen hacer de Barrenetxea surtieron efecto a la vuelta del descanso, mientras Urriza veía como un parcial en contra de 2-9 lo dejaba al borde del abismo en el 15-24. Barrenetxea lo estaba haciendo todo casi perfecto, tocaba la pared izquierda y en el peloteo era superior a Javier Urriza.

En el deporte terminar y cerrar los partidos suele ser lo más complicado y era la asignatura que le quedaba al campeón en la final. Sacó buena nota, pero se notaron los nervios cuando Urriza empezó a acercarse. El 22-26 fue el tanto de más pelotazos con 17 y sumaban 200 en total. El navarro se acercaba peligrosamente y en el siguiente tanto redujo la desventaja a tres tantos, 23-26.

Entonces llegó el tanto clave del partido. Urriza sacó bien, Barrenetxea llevó un gran resto y se defendió el colorado para ver cómo Barrenetxea arriesgaba con un gran dos paredes para poner un 23-27 que tranquilizó al remontista azul y cortaba la remontada rival. En el siguiente tanto se vio que la final no se le iba a escapar al hernaniarra. Arriesgó haciendo una dejada donde la pelota se moría en la pared para poner un 23-28 ya decisivo.

Urriza hizo un tanto más en el 24-28, pero un resto y un pelotazo que Urriza no acertaba a llevar ponían el 24-30 definitivo que daba la txapela a Barrenetxea IV.

El partido duró 76 minutos y se dieron 227 pelotazos a buena. Barrenetxea hizo 22 tantos en el peloteo cometiendo cuatro fallos. Con el saque hizo cuatro tantos por una falta. Urriza acabó con 16 tantos en el peloteo y dos fallos. Con el saque hizo los mismos tantos que Barrenetxea, cuatro, pero cometió una falta más.

Txapelduna. "Horrelako txapela irabazten denean burua etortzen zaidan lehendabiziko gauza da, honaino iristen lagundu didatena. Egindako partiduarekin nolabait perseberantziaren txapela da. Azkenengo bi asteetan 800-1000 sake inguru egin ditut eta bote lasterrak. Lehenengo bost tantotan oso lotuta egon naiz, izerditan ezin hasi, baina behin izerditzen hasi naizenean burura etorri zaizkit eginiko entrenamendu guztiak. Pilota guztiak zuzen etortzen zitzaizkidan eta hori horrela zen pilotaren bila ongi joaten nintzelako. Gero ezkerreko pareta inoiz baino gehiago ukitu dudala uste dut".