BALONMANO NAVA Patotski; Vujovic (1), Alvaro Seabra (1), D’Antinio (1), Rodrigo Pérez Arce (4, 2 de p), Filipe Mota (2) y Adrián Rosales (1) -equipo inicial- Yeray Lamariano (ps), Darío Ajo (3), Da Silva (4), Villagrán, Simenas, Marugán, Pablo Hernanz (2), Andrés Alonso y Bernabeu (2).

BIDASOA-IRUN Xoan Ledo (1); Cavero (3), Julen Aginagalde (2), Mikel Zabala (1), Rodrigo Salinas (3), Jon Azkue (5), Racotea (3) -equipo inicial- J.M. Sierra (ps), Eneko Furundarena, Iker Serrano (2), Sergio de la Salud (4, 1p), Matheus da Silva (1), Tesoriere, Gorka Nieto, Nico Bonanno y Tao Gey.

Marcador cada cinco minutos 2-1, 3-3, 5-5, 7-7, 8-10, 10-12 (descanso), 10-13, 11-15, 12-17, 14-18, 18-21, 21-25.

Árbitros Macías de Paz y Ruiz Vergara (Comité andaluz). Exclusiones de Seabra, Mota y Rosales, por los naveros; Tesoriere y Cavero, por los irundarras.

Incidencias Pabellón Guerrer@s Naveros (Nava de la Asunción). Presencia autorizada de espectadores en las gradas que no dejaron de animar a los suyos.

El Bidasoa consigue en tierras segovianas lo que iba buscando. Después de dormir con vistas al acueducto, madrugó y viajó hasta un pabellón en el que se permitió la entrada del público. Acostumbrados a los silencios, el nuevo marco no frustró su rendimiento. Victoria en una cancha que nunca es fácil, dos puntos más y tranquilidad en la hoja de ruta. Los de Jacobo Cuétara, a esta hora, son segundos en la clasificación después de lograr 18 victorias en lo que llevamos de campeonato y sumar 37 puntos. ¡Una barbaridad!

El encuentro disputado en Nava de la Asunción se pareció en varias cosas al que jugaron en Artaleku Bidasoa y BM Logroño hace pocos días. Los irundarras trataron de controlar la situación desde el principio. Tras los escarceos iniciales, el mando fue amarillo. Con Xoan Ledo bajo palos, jugando un buen partido, la parcela defensiva estaba a salvo, porque el muro invariable del 6-0 se bastaba para evitar mayores sobresaltos. Los castellanos trataron de que el pivote Darío Ajo o el zurdo Da Silva percutieran la meta guipuzcoana para mantener viva la esperanza de un gran resultado como el cosechado en Valladolid el miércoles pasado.

Sucede que, pese a las bajas de los extremos titulares Adrián Crowley y Kauldi Odriozola, los bidasotarras apostaron mucho por la primera línea y la conexión con el pivote. Las entradas desde atrás de Jon Azkue o las conquistas posicionales de Julen Aginagalde terminaron por imponerse en el tramo final del periodo inicial (10-12). Si la primera unidad del conjunto de Zupo Ekisoain mantenía el pulso, la rotación de jugadores se tradujo en un menor índice de eficacia. Trató de establecer alguna variante defensiva, pero el Bidasoa supo esperar el momento idóneo para definir ante la meta de Patotski, cuyos números estaban siendo francamente buenos. Los dos entrenadores parecían satisfechos con lo que sucedía sobre la cancha. Ninguno desgastó los tiempos muertos, salvo en las últimas jugadas de los respectivos ataques con el objetivo de diseñar acciones que terminaran en gol.

El inicio del segundo tiempo siguió, más o menos, la tónica precedente. Los guardametas se exhibían y los lanzadores no atinaban en demasía. Fue Iñaki Cavero quien estrenaba el tanteador tras el descanso, después de cinco minutos de idas y venidas sin que el marcador se moviera. Los locales se atascaron y tardaron doce minutos en hacer un nuevo tanto. Fue Adrián Rosales su autor, cuando el Bidasoa llegaba al cuarto de hora del segundo periodo con una ventaja de cinco tantos (12-17). A veces la frialdad de los números es muy elocuente. El BM Nava llevaba logrados doce goles en cuarenta y cinco minutos. Eso destaca el trabajo de contención del muro amarillo.

Prácticamente, hasta el final, el Bidasoa gestionó la ventaja sin mayores sobresaltos. Los locales se acercaron (18-21) pero el triunfo nunca estuvo en duda, porque el ritmo del partido y la capacidad de marcar goles era más visitante que local. Fueron momentos de cambios. Sierra detuvo un penalti. El eibarrés Lamariano se lució en un lance. Hubo minutos para Gorka Nieto, Tao Gey y Eneko Furundarena. Serrano aprovechó para lograr sus tantos y Sergio de la Salud consiguió, quizás, el más espectacular de todo el partido.

Después de la derrota en Huesca, el equipo irundarra enlaza dos triunfos ante el BM Rioja y el de ayer en Nava. La siguiente cita conlleva la visita del Guadalajara a Artaleku, a puerta cerrada, en un momento en el que todos sus rivales pueden abrir su instalación, atender a sus sacrificados socios, vender entradas y contar con la presencia y el apoyo de espectadores en la grada. Sin entrar a discutir las razones por las que eso sucede, existe una realidad. Y no es otra que el agravio comparativo con el resto de clubes de Asobal. Si no son pocas las dificultades económicas que complican la existencia de la entidad, abandonada a su suerte, comprueba cómo no puede conseguir los mismos recursos de otros para que le cuadren sus cuentas. Eso sí, el equipo sigue a lo suyo, ganando partidos y dejando el pabellón lo más alto posible. Ejemplares.

Después de la derrota en Huesca, el equipo irundarra enlaza dos triunfos ante el Rioja y el de ayer en Nava