Sporting30

Bidasoa30

SPORTING PORTUGAL Cudic; Veitia (6), Ruesga (5), Francis Carol (4) Marian Ghionea (7, de penalti), Luis Frade, Arnaud Bingo (1) -equipo inicial- Manuel Gaspar (ps), Van Zeller (ps), Vieira (3), Tiago Rocha (3), Tavares, Carneiro, Mladenovic, Nikcevic (1).

BIDASOA-IRUN Rangel; Zabala (3), Esteban Salinas (4), Mancisidor (1), Rodrigo Salinas (8, 1p), Tesoriere, Seri -equipo inicial- Xoan Ledo (ps), Cavero (4), Crowley (1), Iker Serrano (1), Leo Renaud (6, 2p), Azkue (2), Matheus, Orbovic y Gorka Nieto.

Parciales 2-4, 4-6, 6-11, 10-14, 12-15, 16-17 (descanso), 20-21, 23-22, 24-24, 26-25, 27-29 y 30-30.

Árbitros Karim y Raouf Gasmin (Francia). Exclusiones de Ghionea (2) y Frade, por los locales; y Tesoriere por los irundarras.

Incidencias Pabellón Joao Rocha. Presencia bidasotarra en la grada con 150 seguidores que no dejaron de animar a su equipo.

Disputaba el Bidasoa su partido centenario en competiciones europeas en Lisboa. Le esperaba el Sporting de Portugal dispuesto a cortar la racha triunfal de los irundarras. Se quedó a mitad de camino porque al final del encuentro el marcador reflejó un empate (30-30) que no deja plenamente satisfecho a nadie. Los locales porque necesitaban ganar para no descolgarse y los de Artaleku porque a falta de cinco minutos para el final llevaban una ventaja considerable (27-30). Cierto es que en la última jugada del encuentro, con el tiempo terminado, el lanzamiento de Ruesga no llegó a la portería de Xoan Ledo y la igualdad se plasmó en el tanteo final.

Bidasoa llegó hasta donde le dejaron sus fuerzas. En otras circunstancias, con tres goles de ventaja no se le escapa la victoria. No fue capaz de marcar un solo tanto en los últimos cinco minutos, porque se equivocó en todos los ataques. Perdió un balón por un mal pase, falló un penalti y se le fue fuera una superioridad desde el extremo. Y eso que en un pequeño tramo de ese espacio de tiempo contó con superioridad. Ahí apareció Vieira para jugarse un lanzamiento, lo mismo que Ruesga y el rumano Ghionea que marcaba desde los siete metros el séptimo penalti que tuvo en sus manos. Ese parcial (3-0) condenó al Bidasoa a empatar cuando acariciaba el triunfo.

Los de Cuétara hicieron muchas cosas bien en el camino. No le perdieron la cara al encuentro en ningún momento. Defendieron a un equipo poderoso en el lanzamiento exterior. Tanto Rangel, como Xoan Ledo, un tiempo cada uno, se las vieron y desearon para detener los zambombazos de los cubanos Frankis Carol y Pedro Veitia. Ambos bien secundados por Carlos Ruesga y Vieira. En ellos está la razón de ser del ataque portugués. Se apoyan en los pivotes (Frade y Tiago Rocha) para resolver desde los seis metros o forzar los penaltis que Ghionea se encarga de transformar sin un solo error. Juegan hasta que la defensa contraria cede espacios por agotamiento. El muro guipuzcoano se fajó de lo lindo.

Contar con un técnico francés del recorrido de Thierry Anti supone una apuesta clara por lo físico. Llamó la atención que contase con tres porteros en el acta y que jugasen los tres en alguna fase del partido, aunque quien mejor resultado le ofreció fue Manuel Gaspar que detuvo balones decisivos en los momentos en que el partido se podía decantar finalmente del lado visitante.

Los primeros veinte minutos del Bidasoa fueron un ejercicio de eficacia. Jugó el ataque como sabe, a su ritmo, sin entrar en lo que al rival le gusta. Los portugueses no encontraban el modo de cortar los cruces de la primera línea o los pases al pivote. En la resolución de las jugadas cumplían también los extremos, con siete goles entre Zabala y Cavero, quien recién salido del taller de reparaciones lograba cuatro tantos en el segundo tiempo. Antes de que eso sucediera Rodrigo Salinas fue el jugador emergente y eficaz, bien secundado por su hermano Esteban y Leo Renaud. En ese primer periodo (10-15) la sensación de dominio visitante fue notable. Los locales no encontraban el modo de darle la vuelta. Al equipo le pasó en este tramo último del primer periodo lo mismo que al final del partido. Se atascó en ataque, tanto que Cuétara pidió dos tiempos muertos en dos minutos. Ataques mal terminados y contraataques lusitanos, apretaron mucho el marcador. Una pena que se desperdiciara una ventaja tan sabrosa.

Ya en el segundo tiempo, el Sporting se puso por primera vez en ventaja (23-22), cosa que no sucedía desde el 1-0 del principio. Sin embargo, el equipo guipuzcoano reaccionó para imponer de nuevo su ley. En el pabellón solo se oía el ánimo de los aficionados visitantes, porque pintaban bastos para los locales, sobre todo cuando llegó al tanteador el 27-30 antes referido. Finalmente, por tanto, un empate. Buen resultado que le permite mantener la segunda plaza del grupo, a un punto del Sävehof, visitante el domingo próximo en Artaleku. Un triunfo del Bidasoa le dejaría líder en solitario al final de la primera vuelta, aunque los suecos parecen ser el equipo más fuerte. Cuentan sus partidos por victorias.

Por otro lado, el Amenabar Zarautz logró su primer punto de la temporada al empatar ante el Atlético Novás en el Aritzbatalde (25-25). Los zarauztarras llegaron a ganar por 25-22, pero encajaron tres goles en los últimos minutos del choque.