donostia - Andy Panko (Harrisburg, 41 años) saluda con su clásico Qué pasa tío, pronunciado con el acento americano que le caracteriza, y da la mano con la misma fuerza de siempre. El MVP de la Liga ACB en la temporada 2011-12 y el mejor jugador que ha vestido la camiseta del Gipuzkoa Basket -donde militó cinco temporadas- está de vuelta en Donostia para disfrutar de unas vacaciones junto a su familia: su mujer Eryn y sus hijos Román y Reya, de doce y ocho años. Aprovechando su visita, ha estado echando una mano a Bully Oyón -incorporado al Easo después de que el GBC no contara con él- en el Donosti Basketball Camp que acabó el viernes y ha podido ver a muchos amigos.
“Estamos encantados aquí. Me pidió ayuda Bully para el campus y he venido un par de días. Están más emocionados los padres que los niños”, reconoce. “También estuve en Azpeitia con Lolo Encinas. Había más niñas que niños, lo que me gustó mucho”. Hace ya siete años que el ala-pívot se fue del GBC. Desde entonces, ha jugado en Panathinaikos, Unicaja, Fuenlabrada, Vaqueros de Bayamón (Puerto Rico), Nancy basket, Guaros de Lara (Venezuela) y Fuerza Regia (México), donde militó hasta finalizar la campaña 2017-18. En total, 17 equipos jalonan su trayectoria profesional desde que saliera de la universidad en 1999. Ahora lleva un año sin competir, aunque dice que no ha colgado las botas. “Esta pasada temporada no jugué. Paco Olmos quería que siguiera en el Fuerza Regia, pero le dije que no. Estaba muy bien con él, pero el tipo de baloncesto de allí no me gusta. Es de mucho contacto, muy físico, y he preferido estar con la familia. Pero ya me ves, estoy igual que siempre. Puedo jugar ahora mismo”.
Su actividad como entrenador (tiene la academia Panko Performance, donde entrena desde niños hasta jugadores que quieren ser profesionales) le permite “estar en forma”: “Juego todos los días a baloncesto y hago gimnasio, por mi cuenta o con los chicos. Me gusta mucho enseñar. También juego muchos días con mi hijo Román. Ser entrenador es una posibilidad en el futuro, ya me han propuesto incorporarme a algún cuerpo técnico, pero aún soy joven y creo puedo jugar”.
La edad no es un problema para él: “Llevan muchos años diciéndome que soy mayor, pero fui MVP de la ACB con 34 años, con 36 en Francia, una liga muy física, con jugadores muy fuertes, metí 17 puntos por partido, y con 40 gané la liga mexicana. Mi cabeza está con ganas y hay poca gente que cuide su cuerpo como yo. Ya sabes, bebo café y me alimento bien. Como mucha fruta. Sigo entrenando todos los días, no es que deje el basket unas semanas y luego vuelva”. De hecho, sigue recibiendo propuestas. Pudo jugar esta pasada campaña en el Chalon francés -donde ha militado otro ex del GBC, Jimmy Baron, con el que mantiene una buena amistad- y la última llamada llegó de Chile, donde un equipo quiso ficharlo para el play-off, pero la propuesta no le convenció.
Eligió quedarse en Hershey, donde una de las maneras que tiene para mantenerse en forma es talar árboles. “Antes vivíamos en el bosque, pero ahora estamos en la ciudad. Preferimos que los niños estén con más gente. Pero a veces cojo mi 4x4, me voy al bosque con mi hacha y talo árboles para tener leña. Es un buen ejercicio y me siento bien en el bosque, estoy tranquilo. La gente me dice que estoy loco. Aquí en el País Vasco me entendéis”, se ríe.
“vivir en san sebastián” Pero más allá de disfrutar de un periodo vacacional, la familia de Panko a Donostia guarda otro motivo. “Estamos pensando en vivir aquí. Me gusta más la cultura europea que la americana, a mi mujer y a mí nos gustaría que mis hijos siguieran su educación en Europa, y San Sebastián sería ideal. Estamos mirando pisos en la zona de Ondarreta”, revela.
“Aquí nos sentimos como en casa”, continúa explicando Panko: “Mi mujer dice que se encuentra más cómoda aquí que en América. La gente siempre nos ha tratado bien, respetan lo que he hecho por el GBC. La verdad es que echábamos de menos San Sebastián, el ambiente, el tiempo... Estos días mucha gente me ha parado en la calle para hablar conmigo, sacarse fotos y preguntarme si sigo jugando”. De hecho, son varias las personas -niños y adultos- que durante la entrevista saludan a Panko, le piden alguna foto y le preguntan si va a volver al GBC. Panko sigue siendo un ídolo y pocas cosas ilusionarían más a los seguidores de baloncesto de Gipuzkoa que volver a verle con la camiseta que lució entre 2007 y 2012.
El deseo de todos estos aficionados no es imposible. De hecho, el propio ala-pívot se ofrece de forma abierta a regresar al club guipuzcoano: “Puedo jugar o trabajar para el club, lo que sea. Sería divertido para mi poder ayudar a este club. Quiero hacerlo, he estado con Germán Cea hace un par de semanas y se lo he dicho. Creo que el club necesita ayuda porque la afición está cansada de cómo van las cosas. Le dije a Germán que puedo jugar o ayudar a entrenar o cualquier cosa”. Por ahora no ha habido más que contactos informales: “No sé qué quiere el club o quién toma la decisión, si es el entrenador, Germán o Nacho, el nuevo presidente. He hablado por mensaje con él. Quiero ayudar de cualquier manera, ahora mismo no es cuestión de dinero”. Panko sabe que que la afición estaría feliz con su regreso, ya sea dentro o fuera de la cancha: “Los fans estarían contentos. Estos días me dicen: Panko, vuelve”.
“el gbc necesita un plan” El estadounidense dice que el GBC es “el club más especial” en el que ha militado: “No es cuestión de títulos. Estuve bien aquí, como en casa, tal y como te he dicho antes. Estuve dos años en Bilbao y eso me ayudó a entender la cultura vasca. Y aquí estuve con grandes entrenadores y compañeros como Richi, David, Jimmy Baron o Hopkins. Mis mejores recuerdos son de aquí”.
Panko considera que el club guipuzcoano necesita encontrar una estabilidad: “Sigo al equipo y en los últimos años ha habido demasiadas subidas y bajadas. Necesita un plan. Sé que ahora ha prescindido de gente como Bully. Puedes no estar de acuerdo, pero igual es bueno empezar de cero, o casi. También la deuda ha bajado. Los últimos años han sido difíciles y hace falta un camino estable. El dinero es importante, lo sé, y el GBC es en ese sentido un club pequeño, así que tienes que traer gente que trabaje para el club y se identifique con la ciudad y la afición”.