pamplona - Aimar Olaizola y Jon Ander Albisu consiguieron su segundo punto en la liguilla en un partido en el que ambos rayaron a gran nivel, algo que les faltó en la primera jornada, en la que el zaguero de Ataun erró demasiadas pelotas, pero que sí hicieron ayer en el Remontival, donde mostraron su poderío conjunto para hacer frente a un Oinatz Bengoetxea que les tuvo contra las cuerdas en un tramo del partido en el que la victoria pudo caer de cualquier lado.

Y eso que colorados comenzaron muy pronto a dominar. En un fugaz comienzo aprovecharon el inicio dubitativo de azules, que vieron como sus errores sustentaban un 9-1 en el marcador que lastró mucho sus opciones de victoria.

La reacción no vino hasta entonces, cuando Bengoetxea comenzó a desatarse. El leitzarra empezó a calibrar sus dejadas, que tanto a bote como de sotamano llegaban lejos del alcance de Aimar. Pero el de Goizueta no se quedó parado. Respondía con su aire, un gancho que por mucho que pasen los años no pierde su esencia ni su escorzado dibujo que lame las dos chapas metálicas que dirimen de qué color se colgará el cartón.

Se llegó así al 17-10, marcador con el que colorados parecían acariciar ya su segundo punto. Pero no iba a ser tan fácil. Bengoetxea sacó toda la artillería pesada.

Él solo movió al dúo colorado en una fase tan loca como preciosa. Adelante, atrás. A pared, al ancho. De aire, a bote. Con dejadas, cortadas... de todas las maneras. Pudo hacerlo sin ayuda de Imaz, que se mostró demasiado inseguro y que tampoco pudo romper con el golpe a un buen Albisu.

El turbo de Oinatz se terminó en el 17-15, cuando Albisu pudo apagar el fuego azul con un largo pelotazo atrás. La pareja colorada decidió entonces no volver a jugar más con Oinatz. Cargaron a Imaz, que entregó la última pelota del partido y el segundo punto para unos rivales que ya miran en lo alto de la clasificación y que ayer mostraron cuán peligrosos son cuando juegan a coro.