Cervantes no se rinde
el hondarribiarra, operado de la muñeca derecha, quiere seguir jugando a tenis: “lo voy a intentar con todas mis fuerzas”
donostia - Las lesiones siguen sin dar tregua a Iñigo Cervantes (Hondarribia, 30 de noviembre de 1989), el mejor tenista guipuzcoano de los últimos años, a quien los problemas físicos le han obligado en varias ocasiones a empezar de cero para tratar de volver a ocupar en el ranking mundial el puesto que, por tenis, le corresponde. Un proceso que debe repetir ahora, ya que acaba de pasar por el quirófano para operarse de la muñeca derecha. Estará “al menos tres meses de baja” y, cuando vuelva a las pistas, lo hará por debajo del puesto 1.000 de la clasificación de la ATP.
Será un nuevo reto para un jugador que, si algo ha demostrado a lo largo de su carrera, es su capacidad para superar los obstáculos. Su historial con las lesiones es terrible. Con 19 años y su carrera profesional empezando a despuntar, sufrió una pubalgia que le tuvo ocho meses parado; con 22, situado alrededor del puesto 130 de la ATP, vivió un calvario de año y medio en el que se operó cuatro veces: dos en la cadera, una en el codo y otra en el pie. Regresó a las pistas jugando la fase previa de unos torneos Future en Croacia y fue capaz de acabar 2015 en el puesto 72 del ranking, subiendo poco después hasta el 56, su tope hasta la fecha. Un dulce momento al que no pudo dar continuidad debido a unas severas molestias en la espalda que le limitaron enormemente en la pista.
“Es increíble. En 2016 llegué a estar el 56, estaba disfrutando, en un estado de forma impresionante, y a partir de Roland Garros empecé con esos problemas de espalda, una protrusión discal, jugaba dos partidos duros seguidos y necesitaba parar una semana. Forcé porque tenía acceso a los mejores torneos y quería aprovecharlo, pero jugaba al 60%. En noviembre había bajado al puesto 105 y físicamente estaba al límite. Me operé en diciembre, estuve tres o cuatro meses de baja y en 2017 jugué 20 torneos, pero nunca al 100%. Y ya este año empecé peor. Además, cogí un virus y me sentía cansado, algo que no me había pasado nunca”.
medio año sin diagnóstico El guipuzcoano se vio obligado a descansar y en un entrenamiento, tratando de recuperar la forma, llegó un nuevo golpe: “Estaba entrenando con un compañero, me sacó fuerte, intenté darle con la derecha y sentí un dolor tremendo. No sé por qué fue, igual le pegué un poco tarde. Me dolía tanto que no podía ni coger la raqueta”. Eso sucedió en mayo y desde entonces Cervantes está sin jugar, ya que los médicos no acertaron con el diagnóstico. Lo cuenta, frustrado, el propio jugador: “Al día siguiente de hacerme daño me hice pruebas y luego fui a consultar a tres o cuatro doctores, los mejores de manos de Barcelona, y no coincidían, no había un diagnóstico claro. Decidimos escayolar tres semanas, luego hice rehabilitación y cuando volví a la pista, en cuanto forzaba con la derecha, notaba mucho dolor. Me infiltré nueve o diez veces, pero seguía sin poder dar con la derecha. Así estuve seis meses. Me hicieron otra resonancia hace poco y se veía claro que había dos huesos que rozaban cuando golpeaba y eso es lo que me provocaba el pinchazo”.
Tocaba, por tanto, un nuevo paso por el quirófano, el enésimo ya para el deportista guipuzcoano: “Al abrirme, vieron que el ligamento estaba arrancado. El tema es los seis meses que he perdido. Si esos huesos rozaban, no sé cómo no lo vieron antes. Es algo increíble. No sé plazos, pero otros tres meses o así no me los quita nadie. Es no salir de una y entrar en otra, algo impresionante. Ha sido un desastre de año para mí”.
Cervantes ha sido capaz de regresar a un buen nivel después de lesiones tan importantes o más como la que le tiene parado actualmente, así que su objetivo no es otro que jugar de nuevo a nivel profesional, aunque reconoce que le ha costado “asimilar” este nuevo parón obligado: “Aún soy joven, voy a hacer 29 años ahora, y pienso que me quedan cinco o seis años buenos si estoy bien físicamente. Es verdad que esta vez me ha costado mucho más asimilarlo, porque han sido muchas veces ya. Lo voy a intentar con todas mis fuerzas porque me encanta el tenis. Luego, si no puedo estar al 100% en la pista, tendré que tomar una decisión. Pero lo voy a intentar, eso seguro”.